Hace tres años, la casona de 3 de Febrero y San Martín que supo albergar la
canastería La Argentina estaba ocupada y al borde del derrumbe. Hoy el edificio, de 1896, se
encuentra en plena obra de rehabilitación y por San Martín ya pueden verse recuperados sus
bellísimos frontis, relieves, molduras y remates, donde conviven ángeles, leones, gárgolas,
cariátides, flores, hojas y hasta un escudo de armas.
Hacía años que esta casa se venía deteriorando. Luego de que la cestería se
mudó, en 2002, quedó con riesgos de derrumbe, por lo que fue clausurada y rodeada por un vallado.
Pese a eso el edificio fue ocupado, incluso por familias con chicos y hasta un bebé.
Ante el peligro de derrumbe (sin contar con que adentro, para soportar el frío,
más de un ocupante no dudó en prender fuego por las noches) la Municipalidad desalojó el lugar. Ese
mismo día, el 4 de mayo de 2005, los bomberos debieron sofocar el incendio provocado por la quema
de un colchón. Y más tarde, con autorización judicial, decidió demoler algunas áreas críticas.
Por eso la recuperación del edificio debe ser una buena noticia, aunque tiene
sus detractores (ver aparte).
Más que centenaria. El arquitecto a cargo de la obra, Agustín Fragapane,
describió el inmueble de 112 años cuya refacción tuvo el apoyo técnico del Programa de Preservación
y Rehabilitación del Patrimonio. Se trata de un edificio con tres niveles de doble altura: un
subsuelo, una planta baja y otra alta, entre los que existen entrepisos. No tiene un estilo
definido, sino una combinación de ellos, pero su fachada, profusamente decorada, muestra la mano
artesanal de los frentistas italianos que dejaron su impronta en Rosario desde fines del siglo XIX
.
El proyecto para la obra se presentó en octubre de 2006, pero recién en enero de
2007 se hizo el ingreso formal. Según recuerda Fragapane, al entrar se toparon con el inmueble
destruido, por lo que los preliminares consistieron sobre todo en trabajos de refuerzo y
demolición: "A medida que rompíamos para ver cómo estaba nos íbamos encontrando con sorpresas por
el avance del deterioro".
La recuperación del inmueble insumirá una erogación no menor a un millón de
pesos básicamente a cargo de su propietario, un inversionista que vive en España y dejará el
edificio rehabilitado para usos que por ahora son una incógnita.
En principio, la obra lo habilita para uso comercial, que podría aprovecharse
unitariamente o dividido en cinco: tres locales en planta baja, el subsuelo y la planta alta. "Es
una obra con final abierto", explica el arquitecto.
Pero más allá de su función futura ("¿un banco?", "¿un restaurante?", "¿una
paqueta confitería?", se intrigan los vecinos), lo que ya se ve por San Martín entusiasma. El resto
del edificio, desde la esquina hasta todo el sector por 3 de Febrero, aún se mantiene vallado y
protegido por media sombra que oculta la recuperación.
Lo que ya está a la vista muestra figuras increíbles. Las aberturas están
flanqueadas por columnitas y coronadas por frontis donde conviven motivos vegetales. Sobre los
remates aparecen parejas de ángeles y a lo largo del edificio también se ven rosetones con cabezas
de león.
También hay leones en las ménsulas que sostienen los balcones con balaustrada. Y
en la esquina, un gran escudo que reza "1896" está rodeado de hojas y flores, coronado por una
escultura de cabeza femenina. Las cornisas son otras piezas ornamentales.
¿Pero cómo se reconstruyó cada elemento? Uno de los encargados de hacerlo es
Ariel Restaldi, que integra RN2, un estudio especializado en reconstrucción de frentes
patrimoniales que ya actuó, por ejemplo, en la restauración de la Bolsa de Comercio.
Restaldi recorre cada balcón explicando que para restaurar o replicar las
molduras y relieves (con y sin molde) se usó un material de frente que consiste en un revestimiento
acrílico símil piedra color París, que imita el original.
En algunas piezas, como los angelitos de los frontis, debió participar hasta un
especialista en ángeles de cementerios.
Previamente todo tuvo un tratamiento antihumedad. Según dice Restaldi, reciben
inspecciones "constantes" del municipio para ver si se respetan las exigencias de Preservación del
Patrimonio.
Fuera del destino final, que definirá la terminación de los interiores, se prevé
que la obra quede lista este mismo año.