Jóvenes caracterizados de héroes y villanos, niños con capas y escudos imitando a sus personajes de videojuegos, familias enteras sacándose fotos con sus superhéroes favoritos, así de masiva fue la última jornada del Crack Bang Boom, la convención de historietas que se realizó en los galpones de la franja joven del río. El encuentro por el que pasaron unas 30 mil personas cerró con un enorme desfile de cosplay, donde los rosarinos volvieron a ratificar su amor por comics y animés.
Ser cosplayer no es comprar un disfraz o usar una careta, es interpretar un personaje. No sólo recreando su vestimenta, sino también sus acciones o posturas.
Y así lo mostraron ayer quienes se subieron a la pasarela ubicada en paralelo al río caracterizados como Thor, Mazinger Z, el auto rojo de Transformer, la Cenicienta y su hada madrina o Alicia en el País de las Maravillas.
Fue el broche de oro de la octava edición del tradicional festival Crack Bang Boom, considerado como el más importante del interior del país.
Este año, el encuentro contó con la presencia de Frank Miller, uno de los más grandes exponentes del cómic a nivel mundial.
Miller es reconocido por trabajos como The Dark Night Return, Batman: Año Uno; Daredevil, Born Again; Ronin; Sin City y 300, entre otros.
Como una estrella de rock, el artista llenó la sala La Comedia, el viernes al mediodía.
Pero no fue el único evento colmado de público. Cientos de personas asistieron a la planta baja del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa y recorrieron la exposición de homenaje a Hugo Pratt, padre del Sargento Kirk y el Corto Maltés.
Intercambio
Crack Bang Boom se ha instalado dentro de la cultura local y nacional. Y se ha convertido en un lugar de encuentro e intercambio para creadores y público de historietas y comics.
Con el eje puesto en la historieta, eso se traduce en un espacio con diferentes actividades vinculadas a este mundo: charlas, muestras, concursos, premios, proyecciones, talleres y presentaciones de libros y editoriales.
Y también se suman cada vez más stands de expositores, editoriales y venta de souvenirs.
El callejón de los artistas, donde tienen su espacio todos los invitados especiales del evento, es uno de los más concurridos.
El espacio de fanzines, donde se presentan producciones independientes, fue este año tan demandado que la inscripción debió cerrarse anticipadamente porque se colmó rápidamente el espacio para la exposición.
Está claro, Rosario todavía tiene lugar para muchas más Crack, Bang, Boom.