Bajo una persistente llovizna, el gobernador Hermes Binner y el intendente
Miguel Lifschitz exigieron ayer la inamovilidad del feriado del 20 de junio a partir de 2010, en
sintonía con los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo. El ministro de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández, el único referente de la Casa Rosada
que desembarcó en Rosario, tomó nota y respondió: “Ahora que (Néstor) Kirchner llega al
Congreso, esto será posible”. No pudo escapar al vértigo que signará la semana previa a las
elecciones legislativas.
Frente a unas 7.000 personas, y con menos frío que otros años, el acto
central comenzó sobre las 10. “Traigo el saludo de la presidenta”, dijo el ministro
buscando minimizar el segundo faltazo consecutivo de Cristina Kirchner.
Otra ausencia notoria fue la del senador nacional Carlos Reutemann,
quien optó por asistir a la asamblea de productores lecheros convocada por la mesa de enlace en San
Francisco (Córdoba) para debatir la crisis del sector. Su par legislativo y rival directo en las
urnas, el socialista Rubén Giustiniani, no dejó de sonreír en el palco.
El acto arrancó con el saludo de las autoridades (a bordo del vehículo
militar Gaucho) a la agrupación 20 de Junio, la entonación del Himno Nacional y la invocación
religiosa del arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan.
El intendente abrió la saga de discursos. En clave de pase de factura,
convocó “a todos y, especialmente, a la presidenta” a un homenaje a la bandera
“compartido y solidario” .
En ese marco, el jefe del Palacio de los Leones volvió a reclamar que el
Congreso apruebe “de manera unánime” el feriado del 20 de junio.
Fernández hizo una breve defensa del actual modelo al afirmar que la
Argentina “está cumpliendo ocho o nueve años después de poner en riesgo 150 de
historia”.
“Rosario siempre estuvo cerca para aquellos que, como en mi caso,
que venía de una escuela humilde y de gente trabajadora, llegar aquí para rendir tributo era casi
impensado. Pero nos costeamos el viaje y lo hicimos”, continuó, con cita a Fito Páez
incluida.
El ministro también recordó a los ex combatientes de Malvinas, aunque no
conformó a un sector, presente con varias banderas en la explanada del Monumento, que viene
reclamando su reconocimiento oficial (revistieron en las Fuerzas Armadas en 1982 pero permanecieron
en el continente).
Binner retomó el tono de Lifschitz: “Manuel Belgrano y nuestra
bandera merecen ser recordados el 20 de junio. Una vez más reclamamos el derecho de los argentinos
a convocarnos en el marco de un feriado nacional”.
El gobernador tampoco pudo abstraerse de la próxima cita en el cuarto
oscuro. “Estamos cerca de una elección en la que los ciudadanos podrán definir caminos para
buscar soluciones a la situación económica y social”,
concluyó.