La compra de artículos importados por internet es una práctica cada vez más común entre los rosarinos, en especial entre los jóvenes, y las cifras así lo demuestran: en la actualidad, unos 10 mil rosarinos adquieren más de 15 mil productos por mes a través de los grandes vendedores extranjeros, con predominancia china y la vestimenta a bajo precio como la gran estrella.
Según datos aportados por fuentes del Correo Argentino, los envíos están volviendo poco a poco a los valores de febrero de 2016, antes de que entrara en vigencia una nueva reglamentación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) que hizo el papeleo on line más engorroso y elevó el control, lo que produjo una caída de 20 mil paquetes mensuales a sólo 10 mil en las oficinas rosarinas.
Hoy, dicen desde el Correo Oficial, "los usuarios ya le agarraron la mano al trámite" y las compras pasan las 15 mil por mes, con perspectivas de seguir en ascenso. Además, indicaron que las ventas suelen subir cuando se acercan las Fiestas, y la gente comienza a comprar regalos para sus familias y amigos.
Camperas, remeras, pantalones, camisetas de fútbol y en especial ropa femenina son las mercancías más usuales en los paquetes que se despachan en la sede central de Rosario.
El calzado (zapatos, zapatillas y botines) y artículos de electrónica como teléfonos celulares y tablets siguen en el ranking con una menor proporción, pero la variedad de productos es realmente asombrosa: relojes; bijouterie; repuestos de auto y moto; cascos, asientos y otros accesorios de bicicleta; piezas de ferretería como tornillos o encastres; paraguas y sombrillas; artículos de peluquería como una cabeza de maniquí con peluca para prácticas; muñecos de felpa; esponjas; implementos para hacer deporte; y hasta juguetes sexuales arriban empaquetados y con perfecta discreción a la puerta de casa de los compradores locales.
China, con el gigante AliExpress al que se sumó hace poco la novedad de Wish, representa el 90% del mercado. La compañía asiática envía paquetes desde cualquiera de sus sedes en Malasia, Singapur o Indonesia, no sólo desde la casa matriz. Lo siguen las británicas Pro:Direct, LovellSoccer y LovellRugby, mayormente de calzado e indumentaria deportiva; y Estados Unidos con eBay. La norteamericana Amazon, aclararon las fuentes, no trabaja con Argentina por el correo convencional, y sólo envía productos desde sus filiales europeas.
Precios bajos
Nada de lo que se puede adquirir, aseguran las fuentes consultadas, es difícil de conseguir en los comercios de la ciudad. Pero los precios, según los usuarios, son mucho más baratos que en las tiendas rosarinas.
Por ejemplo, un par de zapatillas de primera marca que sale entre 2.500 y 3.000 pesos en el mercado local, puede adquirirse a 600 o 700 en una web extranjera, siempre hablando de mercadería original. "No hemos escuchado quejas de cosas truchas. Los vendedores son muy atentos con el cliente, ante cualquier reclamo devuelven el dinero o vuelven a enviar el producto. Su negocio es la venta en cantidad", cuentan desde la empresa estatal.
Sin embargo, a ese valor hay que aplicarle los impuestos, y ese dato es que el que determina que el 30% de la mercadería que llega al Correo Oficial nunca sea reclamada y vuelva a su lugar de origen tras permanecer 30 días almacenada.
Es que el correo cobra una tasa de 120 pesos y la Aduana un arancel del 50% del valor total de la compra, algo que muchos no saben y a veces, cuando lo comprado es de escaso valor, encarece el precio por encima de lo que sale en Argentina. De todos modos, los clientes están cada vez más informados: hace dos años la mitad de los productos no eran retirados, hoy el número se redujo a un tercio.
En el Correo Argentino tienen identificadas a un grupo de 50 o 60 personas que compran con extrema asiduidad productos en el exterior, casi todos los días.
Quizás sean compradores compulsivos que surcan las plataformas on line adquiriendo artículo tras artículo de manera voraz, buscando satisfacer su adicción. O tal vez se trate de aficionados que tienen como hobby mirar las ofertas y no quieren desaprovecharlas. La línea es delgada y la tentación está a tan solo un click de distancia.