El ya tradicional Día de las Infancias organizado para este domingo en Presidente Perón entre Avellaneda y San Nicolás terminó empañado por el vandalismo, los intentos de saqueo, agresiones a voluntarias y el accionar de un grupo de forajidos que echó por tierra las ilusiones de los vecinos y emprendedores. Los juegos de kermesse, un puesto de gaseosas, otro de frutas y un local fueron jaqueados por una turba de violentos que dejó la fiesta a mitad camino. Hasta se robaron una caja entera de relojes digitales que iban a sortearse en el escenario principal. Aun así, se pudo disfrutar de otros atractivos, aunque ya se piensa en no volver a organizar el encuentro.
Un mayorista textil, ícono de la zona oeste fue el motor de una linda tradición que tuvo una convocatoria ascendente desde que comenzó en 2017.
Primero fueron 1.500 asistentes, luego 3 mil y 10 mil, hasta que el domingo pasado entre las 12.30 y las 18 en Presidente Perón entre Avellaneda y San Nicolás circularon unas 20 mil personas.
32 bicicletas
Comerciantes y donaciones reunieron el dinero para sortear 32 bicicletas entre los más pequeños, aparte de sorpresas para quienes participaban en la kermesse y dos cajas con relojes digitales.
“Además de querer ver a los niños y niñas felices y jugando, queríamos que todos lograran llevarse un presente y cumplir el sueño de tener una bici”, postearon en sus redes los organizadores, para agregar: “Lo dimos todo, pero para algunos no alcanza: tres colaboradoras agredidas, también desapareció una de las dos cajas con relojes desde el escenario, hubo stands como los de Pepsi y frutas saludables, y locales afectados por los desmanes protagonizados por personas que hicieron sentir incómodos a los chicos que trataban de brindarse por el evento”.
Fue así, que en el transcurso de la tarde del domingo, y al ver las reiteradas agresiones, se suspendieron los juegos con donaciones de los sponsors. En su reemplazo, los ex combatientes de Malvinas (presentes en el lugar con 6 mil vasos de chocolatada para los más chiquitos) serán los encargados de repartir las sorpresitas que quedaron en distintas asociaciones.
Ante el vandalismo y el descontrol, el Día de las Infancias en zona oeste quedó en stand by y solo llegó a su cuarta edición. “Tantos meses organizando, golpeando puertas para llegar a 32 bicis, más el esfuerzo de conseguir donaciones de grandes empresas a través de algo que es ciento por ciento solidario, pero tuvimos que suspender la fiesta. Un puñado de personas que valoró tanto esfuerzo, nos dejó sin energías”, se lamentaron.
Las sonrisas de los niños no pudieron sopesar la tristeza y el sinsabor del domingo. “¿Los culpables? Es la sociedad en la que estamos viviendo. La convocatoria fue muy grande, pero hay gente que quiere todo y de arriba”, comentó uno de los presentes en el lugar.
Escasez policial
La organización hacía 5 meses que trabajaba para este festejo. Algunos señalaron que faltó presencia policial. Pero la falta de una fuerza preventiva ante lo que luego terminó ocurriendo no es la totalidad del diagnóstico, entre los organizadores y colaboradores.
“Estamos muy mal. Hoy la cultura es recibir algo o todo a cambio de nada. Se habían preparado 50 mil golosinas de primeras marcas y un stand saludable. Colaboraron los ex combatientes, los Bomberos Voluntarios, hubo una exposición de autos antiguos, una feria autogestiva y los kioscos de la zona vendieron como nunca. Además trabajaron 150 coordinadores distribuidos en las 5 cuadras de los festejos.
Para contribuir con el vallado, logística, sonido, iluminación, baños químicos, limpieza y organización se habían unido los distritos Oeste y Sudoeste. “Tenemos un problema social. Se chorearon una caja de relojes, tres pibas terminaron todas rasguñadas, no se respeta al prójimo”, apuntó una vecina.
Los desmanes dejaron a los futboleros con las ganas, porque había varios regalos impactantes. No pudo ser. Algo que nació de los barrios de la zona y apuntaba a ser una tradición terminó abruptamente.
Local amenazado
Incluso hubo tensión cuando varios vándalos se apostaron frente a un local para saquearlo. Los frenaron 20 voluntarios.
Llovieron los insultos y la exigencia de que se entregaran las donaciones. Eran 40 mil sorpresitas, quedaron 20 mil. Aun así, este lapso de descontrol que se extendió unos 30 minutos no pudo eclipsar el resto de la muestra.
“El 95 por ciento de la gente lo disfrutó. Pasa lo de siempre, por culpa de unos pocos se pudre todo”, apuntó otro participante que destacó el regreso de las familias sentadas en reposera en la vereda. Una postal que según parece quedó en el pasado.
Una arenga a no bajar los brazos
En su cuenta de Facebook, los ex combatientes de Malvinas de Rosario salieron a apoyar y levantar el ánimo a los organizadores del Día de las Infancias en zona oeste.
“La solidaridad no es imposible, pero es difícil. Más aún cuando gobiernos que solo ven votos y no seres humanos, hacen que se confunda la solidaridad con asistencialismo”, indicaron.
En otro párrafo, destacaron que “la gente de buena voluntad, la que cree en un país mejor, la que si va a ayudar en estos eventos no se desespera por sacarse una selfie, la que lleva a su hijo a disfrutar, no roba ni exige, simplemente trata de disfrutar”.
Para insuflar ánimos luego de lo sucedido, los ex combatientes pidieron a la gente que “no se deje ganar. Somos más la gente buena; los malos gobernantes son quienes se deben hacer cargo de los sinsabores. Nosotros vamos a estar ahí cada que nos convoquen, como van a estar los miles de chicos que se sintieron felices, que disfrutaron, que se sintieron incluidos, visibles, contenidos”.