El ataque a balazos contra el club Atalaya ocurrido la mañana del martes generó la preocupación de la comunidad integrada por los clubes de la ciudad. Si bien aún no se esclareció el hecho, ni lo que pudo haberlo motivado, desde la Red de Clubes de Rosario expresaron solidaridad con la institución afectada y pidieron acompañamiento de parte del Estado.
"Hechos como el de ayer no se dan todos los días. Pero los hechos de vandalismo y robo suceden dos o tres veces por semana en los clubes de barrio", contó Jeremías Salvo, presidente de la Red, en diálogo con este diario. En ese sentido diferenció los hechos habituales de robo, que generalmente afectan los tendidos eléctricos y luminarias, de hechos como el ocurrido el martes cuando dos sujetos que pasaron en moto balearon la puerta del club Atalaya.
"Entendemos que se ha cruzado una línea tremenda", analizó Salvo. En un pasado cercano solo se registró un caso de estas características. Fue en septiembre de 2018 cuando una mujer y un hombre resultaron heridos en un ataque a balazos al club La Unión, de Chacabuco al 3100.
El ataque al club Atalaya ocurrió en un contexto particular, dado que se encontraban niños en la institución cuando las balas atravesaron sus puertas. "Nuestros niños no solo no pueden estar en la escuela sino que además tampoco pueden ir a los clubes que es el único espacio que les queda para socializar", entendió Salvo. En esa línea agregó: "Son actos que tienden a amedrentar y a romper esta construcción colectiva que se lleva adelante en cada uno de los barrios".
"El amedrentamiento sucede también sin balazos y es para romper el tejido social", agregó Salvo y contó que hubo casos en los que en robos a clubes se han llevado hasta la comida de las ollas comunitarias que algunas instituciones emprendieron en el contexto de la pandemia de Covid-19.
La importancia del club de barrio
"El único espacio que queda en los barrios para sostener el tejido social es el club. Vemos con muchísima preocupación lo que está sucediendo. Quienes gobiernan deberían prestar atención a la importancia que tienen los clubes de barrio", alertó Salvo. Históricamente los clubes de barrio han sido bastiones de la vida social y comunitaria, lo que se pone de manifiesto todavía más en contextos de crisis social y económica. En ese marco para las instituciones todo se complica porque no están excluidos de esa realidad.
>>Leer más: "Hay una racha cada vez más violenta de ataques contra los clubes"
"Si rompemos y destruimos los clubes de barrio, si hacemos un retroceso y volvemos a que los socios no concurran a las instituciones, no va a haber vuelta atrás", analizó el presidente de la Red. En ese sentido pidió que "el Estado empiece a resguardar estas instituciones".
"Los clubes necesitan un Estado que los dote de infraestructura, les brinde seguridad y no solo los acompañe en la parte económica sino en ayudar a normalizar la situación de los clubes que están por fuera del sistema para dejarlos en regla", indicó Salvo en relación a los obstáculos que atraviesan los clubes al momento de oficializarse y sostenerse en regla.
Disputar la vida
Además hizo hincapié en la necesidad de que se preste atención en aquellas instituciones que se mantienen de pie en sectores de barrios atravesados por la violencia callejera en el marco de disputas territoriales. "En los barrios más vulnerables no alcanza solo con más policías. Es necesario un trabajo social más profundo. Tanto del Estado como de los dirigentes para que la sociedad se haga parte de la institución", analizó.
En esa línea Salvo trazó una imagen que grafica la realidad social de muchos barrios de la ciudad: "Hoy en un barrio estás adentro del club o estás en la esquina. Quizás eso en los barrios más difíciles representa terminar siendo soldado por decirlo de alguna manera, o implica estar expuesto a recibir una bala". "Con el tema de la droga todo eso está mucho más al alcance de la mano", agregó.