La constructora encargada de remodelar el entorno de la ribera central, en la zona comprendida a lo largo de la avenida Belgrano, entre Rioja y Pellegrini, comenzó ayer a realizar los primeros trabajos. El proyecto plantea la transformación del sector sur del Parque Nacional a la Bandera para el uso público, de esparcimiento y recreación. Se abrirá así para el disfrute de los rosarinos una franja de 20 metros de ancho paralela al río.
Las obras demandarán seis meses y culminarán con dos décadas de abandono, de esporádicas reuniones diplomáticas con funcionarios de Bolivia y Paraguay (en el sector está la zona franca de ambos países), y la llegada de algunos barcos. Es más, hay uno que está operando allí desde hace tiempo con supuestos "permisos provisorios" para amarrar en un muelle que difícilmente supere una habilitación del Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro).
Los únicos trabajos que se realizaron en esa zona en los últimos años fueron asfaltar el adoquinado de avenida Belgrano, en el segundo semestre del 2013, en el marco de tareas de infraestructura requeridas para la llegada del rally Dakar a la ciudad; y el pintado de la reja que divide lo que queda de la vereda y la franja de terreno municipal y muelles.
Para los rosarinos que actualmente transitan por allí, recorrer esa vereda es una carrera de obstáculos, ya que cada pocos pasos se deben sortear las raíces que sobresalen de los árboles de tipa, que se extienden al borde de la avenida.
A fines de octubre, las autoridades paraguayas le manifestaron al secretario de Transporte provincial, Pablo Jukic, que tenían intenciones de reactivar el muelle y se propusieron volver a reunirse en abril próximo. En tanto, la intendenta Mónica Fein buscó destrabar la situación con autoridades del altiplano. Hace 20 años que no se avanza un ápice sobre esa zona central de la ciudad, aunque todos expresan buena voluntad.
En detalle
La obra tiene un presupuesto de unos 30 millones de pesos, está a cargo de una UTE conformada por Dixcon y Del Sol, y prevé la realización de un paseo peatonal desde calle Rioja, con senderos y bicisendas recreativas, parquización, iluminación y áreas de descanso.
Entre las rejas y el alambrado de la zona franca de Bolivia hoy sólo hay yuyos, por lo que está previsto colocar allí mobiliario urbano. También se prevé realizar trabajos de demolición y retiros varios, entre ellos la remoción y recolocación de rejas, y la ejecución de pavimento de hormigón.
Las obras de reconversión del parque y la recuperación de nuevas zonas para el acceso público se suman a los trabajos de puesta en valor del Monumento Nacional a la Bandera, que comenzarán en poco tiempo. Es una intervención que no sólo tiene como objetivo una mayor accesibilidad, sino también brindar seguridad en la ribera central.
El secretario de Planeamiento municipal, Pablo Abalos, tiene como objetivo recuperar para espacios verdes y públicos terrenos e instalaciones diseminados por la ciudad.
El frente costero central es uno de ellos, también lo son el parque Independencia o el futuro Mercado del Patio de la Madera.
El terreno en el que se ancla la zona franca boliviana abarca una área de más de 54 mil metros cuadrados, con cerca de mil metros de muelle que, por la falta de mantenimiento, demandan una fuerte inversión para recuperarlos.
El último barco que amarró formalmente allí data de 1988. Lejos quedaron los objetivos iniciales y apenas funcionó como depósito de mercancías, al punto de que algunos tractores oxidados por el paso del tiempo ya están cubiertos por yuyos.
Se trata de máquinas compradas por el vecino país y envueltas en casos de corrupción.
transformación. La idea es embellecer el lugar y brindar mayor seguridad.
Las obras tienen
un presupuesto estimado de 30 millones de pesos y demandarán seis meses