El centro de salud Ramón Carrillo, ubicado en Tucumán al 5400, volvió a abrir sus puertas ayer a raíz de la presencia de personal seguridad en sus instalaciones. El reclamo y el cierre del dispensario se había producido la semana pasada luego del robo y la agresión que sufrió una trabajadora social que repartía turnos a dos cuadras del lugar.
Sandra Maiorana, del Sindicato de Médicos de la República Argentina (Amra), confirmó que ayer "se hicieron presentes un vigilador privado adentro del centro y un policía de Orden Urbano en el exterior. Y destaco que "éste último se comprometió a acompañar al personal si tiene que realizar visitas domiciliarias".
No obstante, la dirigente gremial advirtió que "si el personal de seguridad vuelve a faltar, el centro médico cerrará nuevamente".
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Rosario planteará hoy a las autoridades, en el marco de la reactivada paritaria del sector, la necesidad de sumar los hechos de inseguridad que viene sufriendo el personal sanitario a la agenda de temas a discutir.
Hace una semana, un violento asalto terminó con una trabajadora social seriamente lesionada. Es que, además de sufrir el robo, los motochorros que la abordaron le rompieron la mandíbula de un golpe.
Por ese motivo, el personal de ese dispensario decidió cerrar sus puertas a modo de protesta en un nueva reacción producto de la inseguridad.
La víctima fue sorprendida por un delincuente que le llevó su cartera y el teléfono celular. No ofreció resistencia, pero igualmente sufrió un culatazo en la boca que le fracturó el maxilar.
A merced. El personal del dispensario confirmó que se trató del noveno hecho similar en los últimos seis meses, tanto dentro como fuera del establecimiento.
La mujer estaba repartiendo turnos para el hospital Centenario, cerca del mediodía, a vecinos del barrio, en la zona de Túpac Amaru al 5500, cuando fue interceptada por dos motochorros.
"Cumplía una labor comunitaria que obliga a salir del centro de salud y exponerse", lamentó Eduardo Taboada, titular de Amra, quien alerto que el lugar "también es objeto de robos" en forma permanente.