El padre de una beba de tres meses que murió en agosto por un cuadro de
desnutrición avanzado en Villa Gobernador Gálvez fue procesado por abandono de persona seguido de
muerte agravado por el vínculo. Más allá de las connotaciones sociales, el juez que investigó el
caso acreditó que el hombre contaba con los medios materiales suficientes para resguardar la salud
de la criatura, pero omitió ampararla con acciones neglientes. Si se confirma el dictamen, deberá
afrontar un juicio oral. Le otorgaron el beneficio de la libertad para conservar el trabajo.
La resolución del juez de Instrucción Nº 7, Juan Andrés Donnola, recayó sobre
Jesús David Solís, de 22 años, padre de Celeste Belén, una beba que el 5 de agosto pasado ingresó
sin vida al Samco Eva Perón de Villa G. Gálvez. En ese centro sanitario se comprobó el estado de
desnutrición grado tres de la criatura y falta de higiene.
El padre relató que se acostó a dormir la siesta y cuando despertó notó que su
hija no respondía a sus llamados. Acudió al consultorio, pero la beba ya estaba muerta. Solís vive
en la zona de Perón y Juan José Paso con su mujer, una menor de 17 años y madre de la beba
fallecida, que también afronta una causa penal en el juzgado de Menores Nº 2.
Advertencia. Celeste había nacido a término el 21 de abril en el Hospital
Provincial, con un peso de 2,900 kilos. El 23 de julio, trece días antes del fallecimiento, en un
chequeo de rutina un médico del Gamen de Gálvez advirtió a los padres sobre el avanzado estado de
desnutrición, constatando que la chiquita tenía bajas las defensas y un cuadro de desnutrición
grave.
Inclusive indicó la ingesta de leche maternizada —que le proveyó el mismo
centro de salud— de sulfato ferroso, un complejo vitamínico y ácido fólico. Ante ese cuadro,
el profesional citó a la madre para que concurriera al día siguiente, donde seguirían con los
exámenes. También durante esa visita la instruiría en el preparado del biberón.
Pero la mujer no fue a la consulta. Tan grave era el cuadro de la chiquita, que
el médico la mandó a buscar por un asistente social que no la pudo ubicar en su domicilio.
Finalmente, la nena falleció con un peso 2,335 kilogramos.
El padre había dicho que el día en que su mujer no llevó a la nena al control,
él estaba trabajando y ella no fue al chequeo médico porque se quedó dormida.
Tras abrirse el expediente judicial se ordenó una serie de medidas tendientes a
reconstruir el deceso y la responsabilidad de los padres en el desenlace de la historia.
Descuido fatal. La autopsia certificó un cuadro de desnutrición y deshidratación
severos, además de una marcada falta de higiene. "También se constató neumopatía y se infiere que
la causa final de la muerte estuvo relacionada con una infección pulmonar aguda donde,
evidentemente, el cuadro de desnutrición fue una concausa a partir del deterioro del sistema
inmunológico", indicaron fuentes judiciales.
Contexto. El juez no fue ajeno a la situación social. En en este caso puntual
determinó que no había carencias materiales para que la beba entrara en el abandono. Se acreditó
que el padre tenía un trabajo estable en la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, donde cobraba
un salario de 1.800 pesos, y que su esposa se dedicaba al cuidado de la criatura.
"Ha quedado probada la responsabilidad penal, que se ve reflejada en su
condición de padre y de la que surgen distintas acciones u omisiones comprobadas en la atención y
ayuda a su hija, que han ocasionado en el tiempo un grado de desnutrición grave que surge como una
de las principales causas de la muerte", se sustenta en la investigación.
Donnola procesó a Solís como coautor responsable del delito de abandono de
persona seguido de muerte agravado por ser el padre. No obstante, al no poseer antecedentes y al no
haber entorpecido la investigación, no dispuso el estado de prisión para que pueda conservar su
empleo y en su reemplazo deberá asistir cada quince días al juzgado.