El funcionario de la delegación local del Ministerio de Trabajo que fue detenido
tras recibir una coima de manos del apoderado de una constructora para archivar multas por
irregularidades en una obra, fue procesado por la Justicia como probable autor de los delitos de
cohecho en el grado de tentativa en concurso ideal y sustracción de instrumento público. Además, se
le trabó embargo por 10 mil pesos. En la resolución se pondera como factor facilitador de la
maniobra el "laberinto administrativo" que impera en el organismo oficial, problemática reconocida
por las propias autoridades.
En efecto, el juez de Instrucción Nº 9, Javier Beltramone, no pasó por alto el
contexto de desorden administrativo que impera en el ministerio.
El testimonio aportado en calidad de testigo por Rosa Sonia Malamud, responsable
de Sumarios y Multas del ministerio, recordó el circuito de los expedientes. "Se registran en el
sistema informático y nunca deben salir de la oficina, salvo pedido formal del interesado, a quien
se le habilitan copias previa acreditación de identidad", explicó.
Con respecto a la tarea de José Daniel Gazzera (el imputado), detalló que
"cargaba los expedientes en una planilla y daba el visto con su firma. El análisis de los casos y
posterior dictamen quedaba en manos de otros funcionarios", indicó.
Ese flanco administrativo y la falta de un software que avisara de la
prescripción de las casos, operó en favor de Gazzera. El hombre se apoderaba de los documentos para
pergeñar el soborno. "Con su accionar (la sustracción) tenía poder de decisión respecto a la
finalidad ilícita propuesta", destaca en su dictamen el juez Beltramone.
Malamud reconoció que con "el contexto de volumen de expedientes y la falta de
seguimiento de sus estadios procesales, es materialmente imposible hacer un control periódico de lo
que va aconteciendo con las actuaciones".
Analizando este panorama, el juez señaló que un funcionario conocedor de los
"laberintos administrativos, sea por falta de control o de volumen de trabajo, aprovecha el
contexto y tiene un puente de plata, sugiriendo una salida ilícita más barata y paradójicamente más
simple".
La historia. Gazzera fue filmado la semana pasada en un bar recibiendo 3 mil
pesos de manos del apoderado de una constructora para archivar multas por irregularidades en
higiene y seguridad. Las mismas habían sido labradas mientras la firma construía un edificio en
Alvear al 1600.
La resolución del juez saca a la luz algunos detalles del accionar del infiel
empleado.
El 28 de mayo, el representante de la constructora concurrió a la sección
Sumarios y Multas del ministerio para notificarse de expedientes donde la empresa acumulaba multas
por unos 25 mil pesos. En esa instancia Gazzera lo convocó para "darle una mano". La propuesta era
archivar el expediente previo pago de 3 mil pesos.
La entrega del dinero se pactó telefónicamente y se combino hacerla en un bar de
Ovidio Lagos y Rioja. Fue allí donde agentes de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) armaron un
operativo en el cual grabaron y filmaron la escena de soborno, que terminó con la detención del
empleado y el secuestro de dos expedientes.
Además de los dos expedientes que el imputado tenía en su poder al ser detenido,
se hallaron en su domicilio particular otros 33 con multas a obras pendientes de dictamen. La
semana pasada Gazzera se abstuvo de declarar y un día después se le concedió en el beneficio de la
excarcelación.