Un comerciante rosarino fue procesado y embargado por mil pesos por la Justicia al comprobarse que utilizó un carné de conducir trucho.
Un comerciante rosarino fue procesado y embargado por mil pesos por la Justicia al comprobarse que utilizó un carné de conducir trucho.
Como acumulaba una cantidad de deudas por multas que no pudo afrontar a la hora de renovar su licencia verdadera, apeló al circuito ilegal para hacerse de otra falsa que le tramitaron en Fray Luis Beltrán. Y un día después de que se la retiraron en un control del alcoholemia, renovó la original en la Municipalidad de Rosario. Ahora, el Tribunal entendió que es autor responsable del delito de uso de documento falso.
El caso comenzó a ser investigado cuando la dirección la Municipalidad presentó una denuncia penal en enero de 2007 en el juzgado de Instrucción Nº 14, a cargo de María Laura Sabatier.
En un procedimiento de alcoholemia se detuvo a R.L.S, de 58 años, a quien se le retuvo el carné de conducir porque presentaba imperfecciones que lo asemejaban a uno apócrifo.
Las investigaciones determinaron que la licencia B1 Nº 311873611, que figuraba con fecha de otorgamiento el 12 de julio de 2006 (vencimiento el 21 de junio de 2009) no se hallaba en la base de datos oficial.
También se comprobó que el imputado tenía un registro clase B1, otorgado el 21 de junio de 2001 (vencimiento en junio de 2006), renovada el 30 de enero de 2007, un día después que se abriera el expediente por la licencia trucha.
Un informe pericial de la sección Scopometría de la división Criminalística de la policía de Santa Fe concluyó finalmente que la licencia secuestrada al conductor había sido adulterada.
No se dio cuenta. Llamado a declaración indagatoria, el imputado contó su versión. Dijo que como se dedicaba a la compra venta de autos, y debido a la denuncia de venta que realizan los compradores, muchas multas quedaron registradas bajo su nombre. Y que cuando fue a renovar la licencia le dijeron que debía pagar las infracciones, ante lo que desistió porque era muy oneroso.
Así, comentó lo que le pasaba en una mesa de café, donde le ofrecieron tramitarle una licencia en Fray Luis Beltrán, por "una cifra no alta", y que al cabo de "tres o cuatro días" le entregaron la licencia trucha. La jueza le pidió más precisiones, pero sólo recordaba a un hombre de apellido Sánchez, que no volvió a ver porque tampoco frecuentó más el bar donde realizó el pedido.
Insostenible. Para la magistrada los argumentos de R.L.S, se diluyeron. "Estimo que los mismos son suficientemente válidos para habilitar el plenario, por tanto se deriva la probabilidad de la autoría y responsabilidad penal en el hecho que le fue atribuido", suscribió Sabatier.
La jueza determinó el procesamiento del conductor por "la presunta comisión del delito de uso de documento falso, agravado por tratarse de estar destinado a acreditar la habilitación para circular de vehículos automotores".
"Se estima que el imputado utilizó la licencia apócrifa con pleno conocimiento de su falsedad, más allá de su negativa. Resulta poco creíble, ya que a nadie escapa —menos aún a alguien que se dedica a la compraventa de automóviles— cuáles son los requisitos para tramitar una licencia válida", se argumentó en la resolución.
Si bien el conductor goza de libertad por considerarse un delito excarcelable, se trabó embargo sobre sus bienes hasta que cubra la suma total de mil pesos.