Para los estudiantes secundarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) la prevención y los abordajes de las situaciones de violencia de género es prioridad. Así se lo hicieron saber a la responsable del Area de Género y Sexualidades, Florencia Rovetto, apenas desembarcó en su cargo. El eco a ese reclamo puesto de puño y letra en un petitorio por los propios alumnos es la convocatoria un concurso para cubrir tres cargos de referentes de los Espacios de Atención de Situaciones de Violencia de Género, uno por cada una de las escuelas preuniversitarias que tiene la Universidad. "La única que tenía ese espacio era el Politécnico", dijo Rovetto al indicar que la figura es una novedad tanto para el Superior de Comercio como para la Agrotécnica de Casilda. Si bien el fortalecimiento de la red de atención y prevención se llevará adelante en todas las unidades académicas de la UNR, Rovetto dejó en claro que "las escuelas secundarias son la prioridad".
La selección de quienes estén al frente de esos espacios se lleva adelante a través de un concurso abierto de oposición y antecedentes que ya se puso en marcha y estará abierto hasta el 15 de noviembre; y entre los requisitos de los aspirantes, se cuentan poseer título de grado expedido por UNR, ser mujer y tener experiencia profesional y formación académica relativa a derechos humanos y perspectiva de género.
"Estos son espacios donde estos referentes no solo realizarán tareas de recepción de denuncias y casos, acompañamiento e intermediación, sino además actividades vinculadas a la prevención y un trabajo institucional para generar mejores condiciones que permitan erradicar la violencia sexista", detalló.
Si bien la UNR tiene desde su aprobación en junio de 2018 un protocolo específico para la atención de las situaciones de violencia de género, una herramienta en la que ya habían dado los primeros pasos las facultades de Ciencias Políticas y Derecho, parte de ese trabajo aún está pendiente en las secundarias de la UNR sobre todo teniendo en cuenta que son espacios donde en las situaciones a abordar a diferencia de las facultades hay menores de edad involucrados.
Integral y de proximidad
Para la responsable del Area de Género y Sexualidades, la demanda planteada por los propios alumnos desde el inicio "no solo es central para la atención de los casos, sino además trabajar en la prevención como ellos mismos lo vienen señalando".
De acuerdo al trabajo de diagnóstico que ya se viene realizando en los establecimientos, las situaciones que se registran "son mayoritariamente entre los estudiantes, pero también hay casos donde hay implicados mayores, sean docentes o no docentes", detalló Rovetto.
"En la mayoría de las situaciones son casos que se abordan en la propia escuela y a partir de la presencia de los referentes es que se puedan llevar adelante intervenciones que tengan un abordaje integral y de proximidad generando alternativas a lo que puede ser una denuncia o un sumario interno porque las más de las veces no son casos donde haya delito, pero sí situaciones que deben trabajarse desde los pedagógico, desde la comprensión de las situaciones y las reparaciones de otro tipo", continuó.
Así como la Educación Sexual Integral (ESI) la necesidad de procedimientos específicos fue señalada por los estudiantes y justamente por eso, con ellos se vienen trabajando desde 2019 en la adecuación del protocolo de la UNR a las situaciones específicas de los secundarios, la presencia de menores e incluso a las nuevas legislaciones vigentes como el Código Civil.
Más acciones y recursos
A partir del diagnóstico realizado, Rovetto indicó junto a los secundarios todas las unidades académicas de las UNR deben "fortalecer" la red de prevención y atención; porque no solo se detectó que quienes llevaban adelante esas tareas lo hacían "en forma precarizada y con diferentes formas de contratación", sino porque además "había pocos recursos institucionales y poca infraestructura".
Así, empezando por los secundarios, se definió de dotar de dos referentes del área por cada unidad académica a través de un reglamento específico para el concurso de esos cargos, a lo que sumó la implementación de un sistema de registro único de casos, la creación de dispositivos de acompañamiento psicológico a través de los profesionales de salud mental de los centros de la salud de la UNR y el refuerzo del dispositivo con varones que ejercen la violencia que también está a cargo de psicólogos.
A eso sumaron capacitaciones y sensibilizaciones a través de la Ley Micaela, que obliga a la capacitación en perspectiva de género a todos los agentes del Estado, y el impulso del programa de Promotoras contra la violencia sexista que se vienen desarrollando desde 2017 y que con la pandemia había quedado reducido a la virtualidad.