Luego del operativo policial que se desplegó en el microcentro ante la ausencia de la Guardia Urbana Municipal (GUM) por el Día del Empleado Público, el ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, se mostró satisfecho porque se evitó la presencia de puesteros en la zona .
Con un despliegue de más de 200 efectivos policiales afectados, Pullaro aseguró que este fue "un paso más" para garantizar las condiciones de seguridad de los comerciantes ante la posible falta de custodia. En este sentido, el funcionario puso en evidencia su conformidad luego de la finalización del operativo que se desplegó desde las 23 del jueves y que continuó a lo largo de todo el viernes.
Respecto a los resultados, afirmó: "Dimos un paso más para que en circunstancias como las de hoy, o cuando se den situaciones de paro municipal, la peatonal y la zona del microcentro no se conviertan en tierra de nadie".
Al referirse al control del operativo, señaló que recorrió la peatonal "para saludar a agentes de la policía y ver los resultados de las ordenes operativas". En este sentido, dijo estar "muy conforme".
Además, agregó que la policía de la provincia "cumplió con cada objetivo" que se propusieron entre la Secretaria de Control y Convivencia Ciudadana, los comerciantes y los vecinos.
Por su parte, el secretario de esa cartera municipal, Gustavo Zignago, afirmó: "Los mismos comerciantes nos habían pedido que no desatendamos la situación de la venta ilegal y pudimos dar una respuesta positiva".
"El trabajo coordinado entre las diferentes agencias del Estado potencia el trabajo y mejora los resultados en vistas de resolver los problemas que puedan surgirle a los vecinos", concluyó Zignago.
Por eso, el objetivo del operativo fue mantener en la zona condiciones seguras de permanencia y además, promover el cumplimiento de las normas que impiden la venta callejera sin permiso.
La idea de poner policías a custodiar las peatonales es una histórica demanda de los comerciantes del centro, que cada vez que había una medida de fuerza municipal u otra falta de control veían cómo los manteros se instalaban en la puerta de sus negocios a comercializar todo tipo de artículos.
La queja de los comerciantes tenía relación con que ellos pagan impuestos y tasas, y los puesteros se colocaban delante de sus negocios y los perjudicaban.