Sobre llovido mojado. Al brote de dengue que exige más trabajo a los
profesionales de la salud, el drástico recorte presupuestario impuesto por el municipio ya hace
sentir sus consecuencias en los hospitales públicos donde, entre otras medidas, no se pueden cubrir
las vacantes. Los médicos trabajan fuera de hora y los pacientes sufren la merma en la atención. Un
botón de muestra: en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela no se hacen electroencefalogramas desde
septiembre pasado, luego de que se jubilara el jefe del servicio. Eso no es todo: en el mismo
efector hay otros 14 puestos médicos en idéntica situación (ver aparte).
Hace más de seis meses que no pueden derivar al Vilela a los chicos que
necesitan estudios cerebrales, porque sólo se realizan los de emergencia para los internados. Esta
situación fue haciendo crecer hasta 400 chicos la lista de espera por un electroencefalograma.
La vacante tras la jubilación del jefe de servicio, en septiembre, no pudo
cubrirse a raíz de un decreto de marzo pasado firmado por el intendente Miguel Lifschitz, que
impide la contratación de nuevo personal.
Básico. El electroencefalograma es un estudio elemental para el trabajo del
neurólogo. "Es como un electrocardiograma para un cardiólogo o una radiografía para un
neumonólogo", explicó la jefa del servicio de neurología del Vilela, María del Rosario Aldao, y
rápidamente agregó: "No podemos trabajar sin esta herramienta que es imprescindible para el
diagnóstico".
La situación ya venía mal. El aparato que realiza los electroencefalogramas en
el hospital de niños es tan antiguo que apenas si puede hacer seis estudios por día porque "se
satura", dijo la médica.
Pero todo empeoró a partir de la jubilación del jefe de servicio. Los médicos se
vieron obligados a trasladar a los pacientes de urgencia otros efectores como el Hospital de Niños
Zona Norte, Eva Perón o Provincial. Igualmente fue imposible dar respuesta a la demanda de toda la
población y ya hay 400 chicos en lista de espera.
Para los médicos, esta es una consecuencia más del decreto del intendente que
suspende las contrataciones de personal, incluyendo el área de salud pública. "Esto afectó la
atención en el servicio de neurología", señaló la jefa a cargo, que explicó que el estudio es
"imprescindible para pacientes en los que se sospecha que pueden tener epilepsia".
Ante el grave estado de situación, entre los mismos médicos y la dirección del
hospital acordaron que una médica que trabajaba en la guardia ocupara el cargo en el servicio de
electroencefalografía y que una profesional del Hospital Carrasco cubriera otras horas. "Si todo
sale bien, el 4 de mayo podría volver a funcionar el servicio" manifestó esperanzada Aldao.
El cerebro. El electroencefalograma es un examen que registra la actividad
eléctrica del cerebro y permite observar patologías como la epilepsia. El estudio es fundamental
para detectar la enfermedad que se manifiesta a través de episodios repentinos que pueden
confundirse, por ejemplo con una lipotimia o un desmayo. De allí la importancia fundamental de este
estudio para el diagnóstico en los niños.
Los técnicos realizan el estudio colocando los electrodos sobre el cuero
cabelludo, pero después es el médico quien debe realizar un informe técnico y derivarlo al servicio
de neurología para que lo interprete.
En el servicio de neurología del Vilela, el 30 por ciento de los casos que se
atienden son por epilepsia. "De cada 10 pacientes, seguramente 3 o 4 tienen la enfermedad, que es
más frecuente de lo que se cree", sostuvo la profesional. Los números hablan solos. La necesidad de
reanudar este servicio es vital para muchos niños de la ciudad.