Uno de los factores que más incide en un accidente de tránsito es la velocidad.
Resulta común que los conductores argentinos (y rosarinos) pisen el acelerador de manera temeraria.
Sin embargo, su comportamiento está lejos de modificarse. El 98 por ciento de los vehículos que
transitaron el domingo, lunes y martes pasados sobre la avenida de Circunvalación no respetó en lo
más mínimo la velocidad máxima.
Sobre 1.141 autos y 195 camiones, sólo 61 vehículos
transitaron a menos de 60 kilómetros por hora, el tope que marca la Dirección Nacional de Vialidad
(DNV). "Colabore", dice la señalización vertical instalada hace algunas semanas cuando se iniciaron
las obras previas a la remodelación integral que incluirá un tercer carril en ambos sentidos de
circulación. Las estadísticas evidencian que los conductores son, en su mayoría, irresponsables. Y
ahora piden la presencia de Gendarmería.
Según el relevamiento realizado por el diputado nacional
Fabián Peralta, a través del uso de una pistola radárica, "el 70 por ciento de los autos circuló a
más de 80 kilómetros y el 20 a más de 100; es decir que uno de cada cinco conductores fue a una
velocidad superior a 100 con el peligro que esto representa. Otro de los datos surgidos es que la
velocidad promedio fue de 87 kilómetros, e incluso se constató un caso en el que la pistola marcó
140".
Los especialistas en la materia suelen indicar que el
incremento de la velocidad es muy común en los regresos, "ya sea porque se circula con el tiempo
justo o porque la ansiedad de llegar domina al conductor".
Por arriba. Según un estudio publicado por el Centro de Experimentación y
Seguridad Vial (Cesvi), más del 50 por ciento de los autos, micros, camionetas y camiones se mueven
libremente por las rutas del país a una velocidad superior a la máxima permitida para cada uno, por
lo cual la exposición a sufrir un accidente grave en cualquier momento permanece latente. A mayor
velocidad hay menor margen de error para la maniobra y las consecuencias pueden ser fatales. Más
aún, a la hora de pegar un volantazo, la suba del velocímetro genera que aumenten las
probabilidades de que el vehículo pierda el control con mayor facilidad.
El legislador por Santa Fe también detalló que "con
relación a los camiones, el 80 por ciento de ellos no respetó la máxima de 60, la velocidad
promedio fue aquí de 70 kilómetros horarios y se llegó a detectar una máxima de 102".
Producto de estos datos, Peralta solicitó a las autoridades
de Vialidad que gestionen ante el gobierno nacional la presencia de Gendarmería en la avenida de
Circunvalación a fin de persuadir a los conductores y lograr que respeten la velocidad máxima
permitida.
"Cuando comenzaron los trabajos en Circunvalación (el 25 de
febrero pasado) se fijó un nuevo tope (60 kilómetros), sin embargo un simple testeo nos está
demostrando que esta máxima no es respetada. La imprudencia de los automovilistas, sumada al
precario estado vial, la falta de iluminación, la escasa señalización y la presencia de máquinas y
hombres trabajando, constituye un conjunto de factores que justifican nuestra solicitud. En ese
sentido pensamos que la presencia de Gendarmería tendría una acción disuasoria muy importante",
expresó el diputado nacional.
El incremento de velocidad tiene consecuencias que afectan
de manera considerable a la conducción y al vehículo en distintos aspectos. "A mayor aceleración,
disminuye la visión periférica, se incrementa la distancia de frenado, se pierde la maniobrabilidad
del vehículo, se acrecienta el riesgo de aquaplaning en lluvia, y el vehículo no tendrá un
comportamiento estructural adecuado en caso de choque", dejó en claro Peralta. l