El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR, Guillermo Montero, se mostró a favor de un debate "más amplio y profundo" respecto a la ordenanza que propone prohibir el glifosato en Rosario, ya que se trata de un tema "muy complejo" que debe apuntar al cambio del modelo productivo agropecuario actual y no limitarse a discutir sobre un agroquímico en particular "que puede ser reemplazado por otros".
"La discusión no pasa sólo por un producto, lo que necesitamos es pensar la agricultura de otra forma. Me parece que en principio (la aprobación de la ordenanza) fue un poco acelerado y podríamos haberlo hablado más, sobre todo para los que desde adentro de la agricultura luchamos y pensamos cómo hacer una agricultura pampeana diferente", dijo el ingeniero agrónomo.
"Es complicado opinar, si decimos que no nos consultaron parece que quisiéramos justificar que el glifosato no hace nada y que el actual modelo productivo es sustentable y lejos estamos como institución de pensar eso. Justamente todos nuestros esfuerzos son para avanzar en la idea de que otro modelo productivo es posible", dijo el experto, quien agregó que es un tema que ha hecho "mucho ruido" estos días en los ámbitos académicos y productivos.
Avanzar hacia otro modelo agropecuario incluye por ejemplo volver a tener ganadería en la pampa, ya que sus efectos "son esenciales para la sustentabilidad de estos ecosistemas, y también pensar una agricultura diferente en los periurbanos. Esa es nuestra posición", dijo.
Montero enfatizó el hecho de que no se puede pensar que una medida como la eventual prohibición del glifosato sea una solución a los problemas que plantea la agricultura industrial: "Es un tema muy complejo y hay muchos otros actores aparte del Estado municipal que tendrían que actuar".
En ese sentido, agregó que la decisión del Concejo le parece más "una batalla desde lo simbólico" que un avance real hacia lo que hay que hacer para cambiar el paradigma de producción agroindustrial.
"Eso no quita que piense que el glifosato es agua de colonia La Franco. La prueba de la toxicidad de los productos en la medida que va avanzando la ciencia va cambiando y es irrefutable, hay productos que se usaban hace años y que después de determinados estudios científicos se han dejado de usar en función de los daños que producen en la salud", sostuvo. Y agregó que por eso, en caso de dudas sobre un producto, debe aplicarse el principio precautorio.
Sin embargo, aclaró que prohibir un químico puede llevar a la utilización de otros insumos que pueden ser incluso más peligrosos: "Creo que esto hay que pensarlo de manera más integral, me preocupa que si aparecen gramíneas se quieran controlar con 2,4 D —un herbicida para gramíneas— y con dosis de glifosato. Me preocupa más eso que el glifosato en sí, hay determinados aspectos tecnológicos que deben ser tenidos en cuenta porque si no se usa un producto, se usa otro".
Por eso, insistió con el argumento de que se trata de una discusión "que debe darse de manera más integral", y que la facultad tiene cosas para decir al respecto: "Me hubiera gustado ser consultado, me enteré sobre el momento y no antes, y si existe un temor a que la universidad piense como algunos de los lobbys sojeros, ese temor no es correcto" señaló el decano.
La postura de la Bolsa
Ayer la Bolsa de Comercio de Rosario emitió un comunicado para sentar postura respecto al debate por el glifosato. "Existen varios estudios científicos que establecen que un uso adecuado, responsable y alineado a buenas prácticas agrícolas del herbicida no afecta la salud de las personas ni al medio ambiente", señaló el presidente de la entidad, Alberto Padoán.
También consideró que "la aplicación inadecuada de este agroinsumo en zonas no destinadas a la producción agrícola, más aún en áreas urbanas, no es recomendable".
Desde la Bolsa recordaron que esta semana la Unión Europea decidió renovar la licencia de uso del glifosato por 5 años en base a "informes de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) y de Productos Químicos (Echa, que decidieron no clasificar como cancerígeno al herbicida más utilizado del mundo".
También defendieron el "correcto" uso de agroinsumos ya que —estimaron— "ha permitido y contribuye al aumento de la producción de alimentos a nivel mundial".
Se usa menos herbicida
El debate sobre el glifosato ocurre en un momento en el cual el herbicida se utiliza menos que en años anteriores en Argentina como consecuencia de la resistencia de un número cada vez más grande de malezas a ese producto, lo que lleva a que los productores elijan otros insumos o mezclas. Si bien el gobierno argentino no tiene o no difunde cifras oficiales sobre el mercado de agroquímicos, ayer el portal ValorSoja informó que las importaciones de glifosato chino (mayor productor mundial) entre enero y octubre de este año ascendieron a 46.436 toneladas, versus 59.851 toneladas para igual período de 2016 y 69.562 toneladas para igual período del año 2015.