El Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa) llamó a los rosarinos a tener conciencia a la hora de ingresar perros de gran porte a sus casas. "Cuanto más grande es el animal, más asesoramiento y cuidados hay que tener, porque los accidentes van a ser mayores", señaló a LaCapital el director de la repartición, Daniel Rinaldi.
El funcionario habló ayer en el marco de un nuevo ataque de un pitbull, esta vez contra una mujer de 70 años, a quien se le debió amputar el antebrazo izquierdo.
El episodio ocurrió el jueves por la tarde cuando la víctima intentó correr de un sillón al animal en la vivienda de Alsina al 1300, barrio Echesortu.
"Entró de urgencia, orientada y despierta, y alcanzó a contar lo sucedido", explicó el subdirector del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, Jorge Bittar, donde llegó la afectada.
El médico agregó: "Entró con una fractura expuesta de radio y cúbito, por lo que fue directo a quirófano para limpiar la zona. Tenía una complicación a la altura del codo izquierdo, con compromiso vascular, destrucción muscular y fractura con minuta (en varios trozos pequeños) expuesta de los huesos. Por lo tanto, hubo que terminar con la amputación en el antebrazo izquierdo".
Ayer se supo que el animal vivía en el mismo domicilio de la víctima, cuestión que fue corroborada por ella (ver aparte) y por sus vecinos. "Era un perro bueno, andaba por el barrio y a veces se soltaba. Pero tenía sus arranques porque en algún momento atacó a otros perros, pero nunca a una persona", expresaron algunos de los habitantes del sector donde tuvo lugar el hecho.
Apenas ocurrió esta situación, la mujer salió a la calle, junto a sus marido y su hijo, quienes pidieron en un quiosco cercano que llamaran a una ambulancia. "La urgencia tardó 45 minutos y la señora perdía mucha sangre, por eso le dijimos que se hiciera un torniquete", contó una empleada del comercio.
Finalmente, una vez en el Heca, no pudieron salvarle el brazo.
"En general, tenemos la costumbre de humanizar a los animales, de tratarlos como si fueran personas", detalló Rinaldi y agregó: "La gente los hace dormir en su cama desde cachorros, le da la comida en la boca y los sienta en sus sillones. Así, los animales van de codificando esos mensajes, pero como lo que son, no como las personas. Por eso, cuando se le quita el plato de comida o se lo empuja de la cama o el sillón, los animales reaccionan".
Sin embargo, no es todo lo mismo. "Si es un perro de baja jerarquía a lo mejor no ocasiona problemas, pero cuando se trata de un ejemplar alfa (dominante de una jauría), ahí tenemos problemas", dijo el funcionario antes de llamar a la reflexión: "Desde el Imusa tratamos de desalentar que la gente tenga este tipo de razas (por ejemplo, pitbull) y, en todo caso, aconsejamos que se asesore. Acá lo hacemos en forma gratuita".
Rinaldi detalló que el instituto cuenta con animales para dar en adopción. Por lo tanto, hay varias opciones a la hora de buscar la compañía de una mascota.
Cómo elegir una mascota
A la hora de incorporar un animal en casa, sugirió pensarlo bien. "Se trata de saber que habrá que tenerlo mucho tiempo, habrá que darle el espacio adecuado y gastar dinero para atender su salud y alimentación por 15 o 16 años", dijo para aclarar que "hay un sinnúmero de cuestiones a tener en cuenta".
Es que en mucho casos, los animales terminan al cuidado del Estado o de proteccionistas. "El perro ya no puede estar conmigo, que se encargue otro", ejemplificó como situación más común de lo que se cree.
Por último, el directivo, detalló que "Rosario tiene normativa de muy buena calidad, que prevé obligaciones para desenvolverse con los animales en la vía pública, pero dentro de casa es responsabilidad propia".