Por Matías Loja
El pasado miércoles ingresó al Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) una propuesta para que el llamado "derecho de jarra" se haga efectivo también en las casas de altos estudios. La iniciativa de la Cátedra del Agua apunta a garantizar el acceso al agua gratuita y segura a través de bebederos, además de incorporar la perspectiva del ambientalismo inclusivo y de género en las currículas de todas las carreras.
Actualmente el derecho de jarra se encuentra vigente en la ciudad por medio de una ordenanza municipal de 2015, que obliga a bares y restaurantes a ofrecer sin cargo a sus clientes un jarra de agua apta para el consumo. Un año después, la propuesta se amplió a lugares bailables y espectáculos públicos; y el año pasado llegó a las áreas comerciales de más de 1.200 metros cuadrados. "Desde su sanción y plena vigencia en Rosario, el derecho de jarra continúa aún con ciertas resistencias minoritarias en su aplicación y ejercicio", admite Aníbal Faccendini, director de la Cátedra del Agua.
En los fundamentos presentados ante la UNR, señala la importancia de llevar el proyecto a la universidad "como espacio desmercantilizado y gratuito para todas las personas". Faccendini destaca que en la Argentina la cantidad de bebederos aptos, sanos, limpios y accesibles en establecimiento educativos "es muy baja" y que "el derecho humano al agua en las escuelas no está garantizado".
De hecho, ya se había propuesto instalar 200 bebederos en las instituciones escolares públicas y privadas para garantizarles el acceso seguro y gratuito.
En todas las unidades
Ahora, el nuevo proyecto propone la colocación de bebederos públicos en lugares, alejados de las instalaciones sanitarias, en las doce facultades y en las tres escuelas secundarias dependientes de la UNR, "garantizando así que todos los alumnos, profesores y personal no docente tengan acceso a agua apta para consumo humano de manera libre y gratuita". La propuesta cuenta con el apoyo del Consejo Interdisciplinario del Agua (UNR), la Comisión del Derecho del Agua del Colegio de Abogados de Rosario y la Asamblea por los Derechos Sociales.
Pero además, la iniciativa elevada al Consejo Superior apunta a incorporar "la perspectiva del ambientalismo inclusivo y de género" de forma transversal en las currículas de todas las carreras."Las problemáticas políticas del agua —agrega—, como la cuestión de la crisis del agua, la falta de inversiones sanitarias de parte del Estado, el nocivo extractivismo, la cuestión minera, la sojización y monocultivos, los profundos procesos de contaminación ambiental, las sequías, las desertizaciones bajo la influencia del cambio climático, hacen que se torne vigente y necesario un abordaje político de la pugna por el vital elemento", por lo que "resulta imprescindible contextualizar el agua en clave de la producción agroecológica como alternativa a la producción agraria industrial".
"En lo que respecta al ambientalismo inclusivo, creemos que avanzado el siglo XXI es importante que la universidad pública sea atravesada en toda su currícula por la problemática ambiental, y en tal sentido planteamos la necesidad de una temática introductoria dada por docentes de cada facultad o instituto de enseñanza media", expresa el proyecto.