Pese a que los datos epidemiológicos del Covid-19 en el AMBA, rea Metropolitana de Buenos Aires, fueron muy malos el miércoles y ayer, ambos distritos, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y la provincia de Buenos Aires, estaban determinadas a "cambiar de fase" a partir de mañana, cuando termina el período de cuarentena estricta dispuesto el 30 de junio. Lo paradójico es que ese día se dispuso una fase más restrictiva ante el aumento de casos y fallecimientos, pero ahora se dispondrá lo contrario con esos números aún más altos que entonces. La presión de la economía paralizada durante casi 120 días y la pobreza creciente obligan a reabrir parcialmente el comercio y otras actividades, pese a que las condiciones epidemiológicas indicarían hacer lo contrario.
El jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, mano derecha del gobernador Axel Kicillof aseveró que en la nueva etapa de la cuarentena dispuesta en el AMBA, que comenzará mañana, "no habrá una apertura alocada ni absolutamente flexible". El funcionario detalló que si bien resta "todo el día para tomar las definiciones que se anunciarán mañana" en torno a la próxima fase, "debe quedar claro que no habrá una apertura alocada ni absolutamente flexible, sino que tendremos que tener un ojo muy claro respecto de qué actividades se podrán realizar".
El funcionario precisó que durante la reunión que el jueves se llevó a cabo en la residencia de Olivos entre el presidente Alberto Fernández; el jefe de gobierno porteño, Horacio, Rodríguez Larreta, y el gobernador Axel Kicillof, se tomó con "preocupación" el número de casos de Covid-19 conocido ese día, un récord tanto en número de casos como de fallecidos. No obstante, consideró como algo "auspicioso" el hecho de que la cantidad de días de duplicación de casos en el AMBA haya pasado de 14 antes del 1 de julio a 19 en la actualidad.
"Obviamente, el objetivo último es salvar la mayor cantidad de vidas posibles y eso implica lograr la menor cantidad de contagios en determinado momento", dijo Bianco y señaló que actualmente en toda la provincia la ocupación de camas de terapia intensiva es de "un poquito menos del 52 por ciento mientras que en el AMBA está cerca del 59 por ciento". "Ayer tuvimos conferencia con los intendentes de los 35 partidos del AMBA que están en las fases de la cuarentena más dura y hoy tendremos videoconferencia con nuestro grupo de científicos epidemiólogos, para analizar cómo están viendo la situación sanitaria en general", reseñó.El jefe de gabinete dijo que partir de ese momento "se irán delineando las propuestas que se terminarán de consensuar con el Gobierno nacional y con el de la Ciudad".
El infectólogo Pedro Cahn dijo por su parte que "el esfuerzo adicional" que se pidió en la última etapa de la cuarentena se hizo "parcialmente", pero indicó que, "si la vida fuera solo salud pública, sería todo cuarentena prolongada" y, hay otras cuestiones a tener en cuenta otras variables a la hora de tomar medidas. Se refería claramente a la economía, el empleo y los ingresos de la población, muy dañados en estos casi 120 días de cuarentena estricta.
Integrante del grupo de expertos que asesora al Poder Ejecutivo, Cahn, explicó que las restricciones aplicadas durante las últimas semana en el rea Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) "no se hicieron con la magnitud que se habían planificado". En otras palabras, la población no cumplió con las directivas como sí había hecho al inicio de la cuarentena, en marzo y abril. El cansancio y la necesidad de salir a trabajar debilitaron el retorno a la fase estricta decretado el 30 de junio pasado.
El 30 de junio, con 27 muertes y 2.262 nuevos casos, casi todos concentrados en el AMBA, el Gobierno nacional y los de provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires decidieron volver a una fase severa de cuarentena por 15 días, que termina mañana. Pero con el paso de los días la curva de casos y fallecidos no dejó de subir pese a esa medida restrictiva. Con la economía hundida y gran parte de los bonaerenses saliendo igualmente a buscar su sustento, esta semana se acordó que se debía volver atrás. Esto, pese a que el jueves el país registró un pico récord con 4.250 casos y 82 fallecimientos a nivel nacional.
Ayer, según las últimas cifras oficiales, el registro fue de 3.624 casos y 62 muertes. Una leve flexión que dará algo de aire al Gobierno nacional y las dos administraciones, bonaerense y porteña, para anunciar la nueva fase más abierta.