Tras un comienzo de año a los tumbos, la hotelería rosarina cierra el 2016 con elevados niveles de ocupación y sin pérdida de puestos de trabajo. "Estamos terminando el año mejor de lo empezado. Resignamos rentabilidad y no trasladamos a tarifa los aumentos de impuestos y servicios que tuvimos", indicó el secretario de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica (Aehgar), Damián Auzunbud. Según los datos que manejan en la Aehgar, las plazas ocupadas este año fueron similares a 2015, pese a la fuerte caída del turismo corporativo por el descenso de eventos y congresos en la ciudad.
Auzunbud destacó que durante este fin de semana largo, el último del año, Rosario está teniendo un alto nivel de ocupación hotelera. "Estamos entre el 80 y el 85 por ciento, con una estadía promedio de 2,5 noches por pasajero", precisó.
Según el secretario de la Aehgar, el panorama de este fin de semana largo replica lo ocurrido en gran parte del año, "donde por lo general hubo buen nivel de ocupación en las plazas que tiene la ciudad".
En ese sentido, el empresario reconoció: "A comienzos de año imaginábamos que iba a ser muchísimo más duro el panorama para nuestro sector, teniendo en cuenta la caída en otros destinos o en otros sectores como la industria".
De hecho, en marzo la Aehgar había emitido un durísimo documento donde alertaba sobre la crisis que padecía el sector por el alza de costos, la inseguridad y la caída del consumo (ver aparte).
Pese a una fuerte disminución en las estadías corporativas durante la semana vinculada a eventos y congresos, que no se hicieron en la misma cantidad de años anteriores, la hotelería local no sintió tanto la crisis en 2016.
"Pudimos conservar el empleo y cerramos el año con nivel de ocupación similar al del año pasado. Lo que no pudimos fue trasladar a tarifa todos los aumentos que tuvimos de impuestos y servicios, pero a diferencia de otros sectores cerramos bien el año. Se sacrificó rentabilidad por ocupación", resumió el empresario.
"Si trasladábamos a tarifas los aumentos que tuvimos —continuó— la gente no iba a venir a nuestros hoteles, como está ocurriendo con algunos destinos turísticos para el verano, donde se habla de subas del 30 al 40 por ciento".
Al respecto, mencionó que "los destinos tradicionales de la costa del país, donde la gente antes se iba 15 días, ahora están compitiendo fuerte con destinos extranjeros como Brasil, Uruguay, Chile e incluso Estados Unidos, que se han convertido en destinos de compra. Con mucha inflación y el dólar relativamente estable, se convierten en destinos muy competitivos".
Auzunbud fue más allá y remarcó que "en estos últimos años han cambiado los hábitos de consumo en el turismo. La gente que antes viajaba una vez varios días seguidos, ahora fracciona esos viajes. Y para viajes cortos, la ciudad está bien preparada y tiene mucho para ofrecer".
Consultado sobre el panorama a corto y mediano plazo, el secretario de la Aehgar fue cauto. "A diferencia de lo que ocurrió hace unos años, donde el sector hotelero de Rosario creció mucho y de golpe, el panorama para los próximos meses aparece mucho más amesetado", sostuvo.
"Los proyectos que están en construcción —siguió—vienen muy lentos y se van a demorar aún más. Puede haber alguna incorporación de camas, pero nada que mueva el amperímetro. Hasta que no se ordene la macroeconomía del país, no va a haber grandes inversiones en el sector", vaticinó.
El escenario es más crítico para los pequeños hoteles. "Muchos han salido de la actividad, se han reconvertido hacia el alquiler convencional. Hoy se necesita una escala mínima de 50 habitaciones y hay que pensar en 70 habitaciones para tener algún margen de rentabilidad", cerró.