"Los malos resultados de las pruebas se reflejaron fundamentalmente en los sectores populares, en los chicos que no tenían conectividad ni materiales: la matriz de desigualdad fue evidente y nos va a llevar no menos de tres años de recuperación". Así contestó el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, sobre el resultado de las pruebas Aprender 2021, donde los aprendizajes en lengua cayeron notablemente en relación a otros años y en comparación a los de matemática, que registró una baja menor.
El funcionario señaló a la pandemia como una de las variables que influyó en el bajo rendimiento y añadió una explicación pedagógico social: "Retrocedimos en lengua, una disciplina con contenidos que se enseñan y aprenden de manera colectiva: es lectura, lectura en voz alta, comprensión lectora, escritura y todo tiene que ver en relación con otro".
Estos y otros comentarios los expresó junto a su par de Santa Fe, Adriana Cantero y a los titulares de las carteras provinciales de distintas provincias, en la escalinata cívica del Monumento a la Bandera, minutos después de tomarles la promesa de lealtad a la bandera a unos mil alumnos y alumnas de Rosario y la región, en una mañana gris, ventosa, helada, pero festiva.
Cantero refiriéndose al mismo tema adelantó que los resultados de los alumnos de esta provincia "no son muy diferentes" de los resultados nacionales y se conocerán a partir de este jueves, tras la reunión del Consejo Federal que reunió a los distintos ministros y ministras.
"Venimos de cuatro años de desfinanciamiento y dos años de pandemia", dijo Perczyk al comenzar el análisis. Pero luego La Capital le preguntó por la influencia de la brecha económica, tras conocerse el análisis de las pruebas por parte del Observatorio Argentinos por la Educación. El espacio que analiza los datos del sistema educativo aseguró que los resultados nacionales muestran que, entre los alumnos del estrato socioeconómico alto, el 78,2 % logra un buen desempeño en lengua y el 74,5 % en matemática. En los estratos bajos, esas cifras descienden al 28,9 % en lengua y 31,9 % en matemática.
Y Perczyk no dudó en decir que "el nivel socioeconómico de las y los chicos y sus familias" influyó en los resultados, y se explayó, en distintos momentos al enumerar dentro de esa variable a la tenencia de libros en el hogar, el hábito de lectura, el hecho de haber o no tenido acceso a clases virtuales y la disponibilidad de recursos tecnológicos, entre otros.
Dijo que hay estudios que demostraron que resolver los problemas educativos tras la caída económico social del 2001 "llevó entre 3 y 5 años" y consideró que la recuperación por los daños pedagógicos que provocó la pandemia "no bajará de tres años".
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Gorro, guantes, bufandas, abrigos y banderas en mano. El frío no detuvo la fiesta de los nenes y nenas de 19 escuelas en el Monumento.
Foto: Virginia Benedetto/La Capital
Para él la recuperación pasará por "persistencia en la inversión, que haya libros, capacitación docente y en más días y horas de clase", si bien dejó en claro que el calendario escolar fijó que el ciclo lectivo terminará en casi todas las provincias cerca de la Navidad.
"La extensión se evaluará en agosto o septiembre para el año que viene; garantizando los 190 días de clases".
Cantero en este sentido repitió que se está evaluando en Santa Fe extender las clases una hora diaria en las escuelas rurales, que son 800 y si se evalúa como positiva esa acción se podría universalizar en los establecimientos urbanos, "ganando así diez días de clases hasta fin de año".
La promesa
Se los vio sentados en el piso gélido del Patio Cívico por espacio de dos horas, entonces una puede concluir que los nenes y nenas cuando se divierten son templados. Y algo de eso pareció haber este miércoles en la promesa de lealtad a la bandera. Antes que llegaran los funcionarios, el payaso Galupa entretuvo a chiquitos de unas 20 escuelas públicas y privadas de Rosario, que no dejaron de hacer flamear banderas celestes y blancas, entre sus guantes.
Vestido con sombrero verde y zapatones violetas les hizo contar chistes "que pudieran decirse" a esa hora de la mañana. Abundaron los del tipo: "Què le dijo...". Y se robó unos cuantos aplausos un alumno de la Escuela Marcelino Champagnat (Rueda Rueda 4498), de Rosario quien preguntó: "¿Qué le dijo una piedra a otra?" para luego responder: "La vida es dura".
Y al menos "dura" parecía la mañana allí con una temperatura baja que obligó a maestros, alumnos, abanderados y compañía a emponcharse como si se estuviera en la Antártida.
Luego llegó el Consejo Federal en pleno y se acomodó en las escalinatas, ubicadas a espaldas de la torre del Monumento. El ministro de la Nación ingresó y saludó como un rockstar y hasta bajó a charlar con los chicos y maestros y se sacó fotos. También los ministros de varias provincias, que tal vez no conocían el ícono monumental rosarino frente al río aprovecharon para sacar los celulares y llevarse una instantánea.
Los pibitos y pibitas cantaron el himno, varios con la mano en el pecho. Escucharon el discurso de Cantero, la ministra anfitriona, que les habló de la bandera, de Belgrano, pero también de los 40 años de Malvinas que se cumplen este año y cerró con un seguro "fueron, son y serán Argentinas".
Luego la siguió Perczyk, quien les preguntó a los chicos: "¿Listos? Chicos y chicas, alumnos y alumnas...". De ese modo inició el discurso antes de explicarles que era tan importante esa promesa como el compromiso que hacen por "los amigos, la familia, los juegos y ciudad que los vio nacer" y finalmente les preguntó: "¿Juran amar y defender la bandera celeste y blanca?".
La respuesta afirmativa no se hizo esperar. Tampoco los aplausos. Sorprendió la pregunta por el "juran" porque había sido desplazada por el "prometen" en los últimos años, pero a los chicos no les importó. Festejaron a alarido limpio como en los recreos o en los cumpleaños, momentos en que parecen ser felices, haga frío o calor. Y luego, haciéndole los coros a Fabiana Cantilo, entonaron el "Salve Argentina" y siguieron de fiesta.