Por Claudio González
Luego de la resolución judicial, los niños llevarán el apellido materno.
En una resolución judicial sin antecedentes, una jueza de Familia de Rosario otorgó la adopción plena de una niña a una mujer soltera que falleció en 2016 tras haber iniciado los trámites de guarda preadoptiva. Una situación que no está contemplada en el Código Civil y Comercial. La nena, hoy de 10 años y nacida en Oberá (Misiones), construyó su vida familiar y afectiva desde bebé con la mujer (ahora llevará su apellido) y con una hermana mayor también adoptada. Ambas quedaron bajo custodia de una familia solidaria de la Subsecretaría de Niñez Adolescencia y Familia.
Apenas a un mes de haber nacido en 2009, el destino de G.T. quedó en manos de una mujer rosarina soltera que decidió adoptarla y formalizó el trámite en un juzgado Civil y Comercial de Misiones.
En el expediente se dejó constancia de la guarda provisoria en diciembre de ese año, de acuerdo a las actuaciones de la jueza Teresa del Carmen Hedman, quien autorizó que la madre y la beba viajaran para residir en Rosario.
Esa condición fue renovada en tres oportunidades: marzo, octubre y diciembre de 2010. En marzo de 2016 la jueza resolvió convertir la guarda provisoria en preadoptiva. Pero la desgracia se cruzó en la vida de Laura luego de seis años de convivencia con sus dos hijas adoptivas, la mayor hoy adolescente.
El 27 de septiembre, trece días después del vencimiento del ultimo plazo de la guarda, la mujer falleció por una larga enfermedad. Como consecuencia de ello, G. en ese momento de 7 años, "vio frustrada la posibilidad de ser adoptada por la persona que la cuidó, veló por su bienestar y, sobre todo, le brindó amor incondicional", dice el fallo que se conoció ayer en Tribunales.
Tras la intervención del área provincial, el destino de las niñas quedó bajo la evaluación del jueza Valeria Vittori, del Tribunal Colegiado de Familia Nº 7. "El escenario resulta dramático para la niña, por las vicisitudes propias de la vida, sin lugar a dudas como sujeto merecedor de protección, amerita una respuesta jurisdiccional que reconozca su derecho a ser oída, a la identidad, el derecho hereditario y a vivir en familia", expresó la magistrada entre sus consideraciones.
Como puntos gravitantes , Vittori citó el trámite que inició la mujer fallecida y las evaluaciones positivas de la jueza misionera; que la niña tuvo su centro de vida en familia con la pretensa adoptante y su hermana "en forma estable e ininterrumpida. Años de convivencia al resguardo y protección de la señora, e interacción fraterna con la hermana", remarcó.
Al analizar la singular situación, la funcionaria también ponderó los informes de las trabajadoras sociales de Niñez, de los asistentes del Poder Judicial y los psicólogos, quienes en forma coincidente remarcaron que la niña está escolarizada, en buen estado de salud, integrada a una vida social, es alegre y extrovertida.
Los asistentes indicaron además que la "historia familiar de la niña está referenciada en la hermana". Y destacaron que ahora será identificada con el nombre que eligió llamarla la madre. Esto implica ordenar el cambio de identidad en su partida de nacimiento.
Entre otras medidas de rigor, en abril de este año la jueza Vittori celebró la audiencia para escuchar a la niña. En esa instancia habló la hermana mayor, de 17 años, quien manifestó que la madre (que era hija única) le cumplió el deseo de tener una hermanita para que no se quedara sola. Del trámite participaron la defensora de la niña, una psicóloga del Poder Judicial y la persona adulta guardadora de las nenas, integrante del programa de Familias Abiertas Modalidad sin convivencia", que articula Niñez.
Luego del minucioso análisis, la jueza Vittori ordenó otorgar la "adopción pos mórtem monoparental" al tener "el convencimiento profundo de que la niña debe ser reconocida como hija de quien en vida fue su guardadora, siendo esta decisión la que resulta la mejor manera de respetar su interés superior".
amor. La resolución resguarda el vínculo entre las hermanas, que sufrieron la dolorosa pérdida de la madre.