Walter conoció a Silvina G. en el Normal 3, cuando ella estaba de novia con el hermano de un compañero de él. Ellos asistían a clases por la tarde, en la Escuela Nº 433 Manuel Belgrano, que está en el mismo edificio. Tras cruzarse en esas épocas se volvieron encontrar hace cinco años a través de las redes sociales.
"De la nada, me contó un poco sobre su vida: que se le había muerto el marido, que trabajaba en la (planta) General Motors, en un accidente de tránsito; y que en ese momento a su hijo lo cuidó (el tenista) Guillermo Coria porque ellos vivían en el mismo edificio que él. Yo no tenía idea", contó Walter.
Tras narrar esas situaciones, la ahora imputada por estafa le dijo a su conocido que estuvo "muy mal durante un tiempo muy largo" y que con el dinero que percibió tras la muerte de su esposo, "había comprado tres fábricas de carteras en zona sur".
La mujer le comentó que le fabricaba diseños a distintas marcas nacionales y hasta que tuvo entrevistas con empresarios extranjeros que pensaban abrir oficinas en la zona de Puerto Norte.
Con ello, le preguntó a Walter si le interesaba sumarse y él aceptó. "A la semana, me llamó y me contó que como una de las marcas con las que trabajaba iba a abrir un local nuevo en un shopping de Córdoba, le pidieron entre 100 y 200 carteras por mes y me dijo que necesitaba un socio capitalista", narró.
El hombre agregó que ella destacó la ganancia que obtendría al momento de pedirle los 10 mil pesos que él terminó aportando: "Me dijo que, a los 30 días, iba a cobrar el doble de lo que pusiera".
Antes de que se consumara la "inversión", Silvina invitó a Walter a su casa para presentarles a su futuro nuevo marido y a algunas amigas: "Fui a la casa, que me contó que se la quedó luego de que su abuela falleció. Me presentó a su futuro marido, a dos amigas. Terminamos de comer y les regaló una cartera a cada una. Nunca imaginé nada".
Para volver más insólita la situación, la imputada le envió tarjeta de invitación a su casamiento. Pero unas semanas antes de la fecha de la supuesta boda, canceló la ceremonia "por el tiempo, porque era a la intemperie".
Luego de eso, a Walter le "cayó la ficha": "Tiré un reporte on line y me salió que ella no tenía ninguna propiedad. Sólo el 50% de la casa a la que fui".
El damnificado volvió a contactarse con la mujer. "Le pedí que me devolviera la plata, me empezó a dar vueltas y me dijo que tenía que esperar 15 días. Esperé ese tiempo, la llamé y me citó en un lugar mientras ella, supuestamente, iba al banco", relató.
Como la mujer no llegaba al punto de encuentro, Walter la llamó. La supuesta fabricante de carteras le preguntó si no se había enterado de que hubo un robo en la puerta del banco, con un baleado que resultó ser su novio. Tras preguntarle en qué hospital estaban, la mujer le cortó.
Con la paciencia por el piso, Walter siguió intentando veral personalmente hasta que acordó un nuevo encuentro en la puerta de un banco a la semana siguiente. Pero Silvina nunca acudió; lo dejó plantado.
"La seguí llamando, no me atendía. Cuando al fin lo hizo, me dijo que, si la seguía llamando, me iba a denunciar por acoso y que ya había hablado con su abogado para decirle que cualquier cosa que le pasara iba a ser culpa mía", describió.
Ese fue el último acercamiento que tuvo Walter, quien desistió de iniciar acciones contra la imputada. Ayer, se enteró de su detención y de los demás casos por estafa a través de La Capital: "Me llamó un compañero de la secundaria y me dijo que esta mujer también estafó a la esposa de él. Además, me mandó el video de cuando la arrestaron en un bar".
"Nunca imaginé que alguien que conocía desde hace años me hiciera esto", concluyó.