La concejala Marisa Pugliani, autora de la iniciativa que busca la adhesión al
proyecto de ley nacional para legalizar el aborto, está convencida de que sólo un fuerte consenso
servirá a esa causa. Por eso, pese a que con sólo los votos de la mayoría oficialista la iniciativa
pudo aprobarse el jueves pasado, defiende que la misma sea puesta nuevamente en debate.
"Si no encontramos consensos con el resto de los bloques entendemos que no puede
salir sólo con nuestras firmas", sostuvo Pugliani.
De hecho, el proyecto en cuestión pasó de largo por la comisión de Salud con
apenas dos votos en contra, ambos justicialistas: el de su titular, Luisa Donni, y el de Miriam
Abt. Según la propia Pugliani, el tema ni siquiera tuvo debate en ese ámbito, hasta entonces el
único por el que debería pasar.
Lo paradójico es que se trata a la vez de una propuesta con casi nulo efecto
concreto (sólo plantea adherir al proyecto de ley nacional), pero lleno de contenido ideológico,
simbólico y conceptual. Eso para no hablar de su impacto institucional, en tanto saldría como una
"declaración" de toda la ciudad.
"Creemos estar instalando un debate que es fundamental para la salud de las
mujeres", dijo Pugliani, convencida de la importancia que tendría para el proyecto de ley nacional
que "una ciudad tan importante como Rosario" lo impulsara a través de su adhesión.
La socialista defendió, tal como plantea el proyecto, el derecho a interrumpir
un embarazo por sola voluntad de la mujer hasta la 12ª semana de gestación y hasta la 22ª en casos
de riesgo para su vida o salud, malformación fetal o violación.
La concejala recordó que el lema de la campaña nacional que impulsa esa ley no
sólo se centra en el aborto sino en planes de educación sexual y salud reproductiva. "Se brega
justamente por educación para decidir, anticonceptivos para no abortar y, en última instancia,
aborto legal para no morir", afirmó.
Pugliani admitió que no se trata de discusiones simples. "Hay muchos temas de
conciencia, cuestiones éticas y religiosas de por medio", reconoció, pero a la vez dijo estar
convencida de que "la sociedad ya está preparada para debatir a fondo esas cuestiones".