Hace unos diez días María Rosa Moreno recibió una noticia que la perturbó: la asistente terapéutica de su hijo tenía Covid. Se angustió muchísimo ante la posibilidad de que Gabriel, un joven con discapacidad, se hubiese contagiado. También tenía miedo de que ella y su esposo no pudieran cuidarlo porque cuando el hisopado de la asistente dio positivo ella ya tenía los primeros síntomas de coronavirus: "Sigo con mucha fiebre, 39 a las 3 de la mañana. El cuerpo no me da más. Estoy asustada, Sergio, mi marido, me dice que le molesta la panza y me puso loca. ¿Qué hacemos con Gabi si tiene algo? Yo no tengo fuerzas para nada", le escribió a sus compañeras de lucha en un chat grupal el 19 de abril. Anoche falleció después de estar siete días internada, de los cuales los últimos tres fueron en terapia intensiva.
María Rosa, que había cumplido 59 años en enero, había sufrido problemas cardíacos hace algunos años y por lo tanto era una paciente de riesgo. Considerada una de las referentes sociales en Rosario en la defensa de los derechos de personas con discapacidad, había estado en los últimos meses pidiendo a las autoridades provinciales que vacunaran a todos jóvenes con patologías crónicas y severas, lo que los hacen especialmente vulnerables frente al Covid.
Justamente por el hecho de que muchas personas con discapacidad deben estar en contacto permanente y directo con distintos terapeutas y cuidadores, María Rosa exigía todos los días que se considere en el plan de vacunación a este grupo, a los convivientes y asistentes que no necesariamente son considerados personal de salud. Estuvo en las escalinatas de gobernación cuando se hizo la manifestación de pacientes, padres y familiares por la vacunación contra el Covid de personas vulnerables y fue a hablar personalmente con la ministra de Salud, Sonia Martorano, a la ex Rural hace un par de semanas para plantearle el tema.
Si bien la provincia ya comenzó a inocular a los pacientes de riesgo menores de 59 años (aunque no a los convivientes) Gabriel todavía no recibió su dosis y está contagiado. Estuvo con neumonía y se encuentra estable por el momento.
Conciencia y lucha cotidiana
María Rosa Moreno, había sido distinguida en 2005 por el Concejo Municipal junto a otras rosarinas por su compromiso social. Fue la concejala Daniela León la autora de esa iniciativa.
Al presentarla en aquel acto, León dijo sobre María Rosa: "Es una mamá luchadora que trabaja diariamente por la inclusión de niñas y niños con discapacidad generando conciencia social en la comunidad sobre la importancia de la inclusión en el ámbito recreativo".
La concejala escribió hace unas horas: "María Rosa, cómo voy a extrañarte. Esa sonrisa franca, esa intransigencia en tu lucha incansable por los derechos de tu hijo y de todos los hijos e hijas con discapacidad. Fuiste una guerrera".
Hoy, en diálogo con este diario, recordó que Gabriel, que tiene parálisis cerebral severa, fue el primer niño con discapacidad motriz que disfrutó de una hamaca con rampa, el primero que probó esos juegos en la Plaza de la Integración, la primera de este tipo en el país.
"Ahí la conocí", dijo profundamente emocionada. "Ese día tomó la posta para que Rosario tuviera muchas plazas inclusivas y lo logró. Me llamó por ejemplo cuando vio que los juegos estaban rotos, o los vandalizaban. Ella nunca aflojó. Su lema era: Todos podemos jugar. Que su muerte no sea en vano", agregó la concejala.
Desde que su único hijo era pequeño, María Rosa participó en cada marcha, en cada movida por los derechos de los más vulnerables. "Era un ejemplo para muchos en la ciudad y una personas con la que se podía contar para lo que sea. Estamos devastados", dijeron sus compañeros del grupo TGD Padres Rosario TEA, que nuclea a familiares de personas con trastornos del desarrollo y autismo.
Dolor y despedidas
Silvia Trivisonno, militante por la donación de órganos y referente en Rosario y el país en esta temática, la despidió anoche con este mensaje: "Hoy murió mi amiga, mi compañera de lucha, mi sostén en las batallas y la que jamás pero jamás me dijo que no a nada. Juntas soñábamos con un mundo mejor, más inclusivo, más justo, más humano. Yo con ella, ella conmigo. De la mano avanzábamos sin tregua. Qué dolor por Dios. Te amo inmensamente, amiga".
Su marido, Sergio, a minutos de haber despedido a su esposa en el cementerio recordó "todo lo que luchó para que los chicos sean felices, puedan jugar, tengan sus momentos de diversión y no sólo el dolor que les traen sus problemas de salud o las internaciones en el hospital. Una gran luchadora, no sólo por nuestro hijo sino por todos. Cada hamaca, cada plaza que se ve con juegos integrados para chicos con discapacidad fueron en gran parte por su lucha. Y lo del Anfiteatro, por lo que peleó más de dos años, para que puedan acceder quienes tienen dificultades, todo eso fue por su tesón".
Los mensajes recordando la larga lucha de María Rosa en distintos aspectos de la integración de personas con discapacidad y de dolor inmenso por su partida inundaron las redes sociales en las últimas horas.