Cómo no mirar una flor. Imposible. Las flores obligan la mirada. Desde su fragilidad, desde su bella fragilidad, convocan. Aún mustias, en floreros a veces extraños, igual buscan decir desde ese universo ajeno a las palabras. Son pura estética. Daniel García lo sabe, entabló, desde el arte, un diálogo precioso con ellas. Fragmentos de esa conversación se exponen en la galería eStudioG (ver aparte). García ofrece su mirada sobre algunas flores, las que él quiso retratar.
"Las flores en los jardines, en los vasos o jarrones sobre la mesa, o en ilustraciones o la literatura, en los cuadros, o la poesía, nombradas o como objeto o tema, o cifra de la perfección o la belleza, están sin más, como una certeza. Casi nadie en el arte y en la vida ha podido sustraerse a esa convicción, esa potencia", dice la poeta Gilda Di Crosta en el texto de presentación de la muestra.
Las obras expuestas parecen resaltar el trazo del pincel, en su eterno juego con la mirada, la del pintor y la de quien las observa, sin más, como en ese jardín atravesado casi sin querer. Las flores, algunas de ellas, están allí par ser miradas, descubiertas.
Di Crosta resalta: "Son ellas expresión de una decisión de la naturaleza, un ejemplo prodigioso, según Maeterlinck, de insumisión, valor, perseverancia e ingeniosidad. Todas dotadas de sabiduría, en ellas «se concentra el esfuerzo de la vida vegetal hacia la luz y hacia el espíritu», aplicadas al cumplimiento de su obra: la de ser en el mundo y poblar el espacio".
Ellas están. En los balcones, en los jardines cuidados y en los otros, donde cada habitante crece como puede o quiere. Están en el recuerdo, alguien las cuidaba, alguien las cuida. Y en las tradiciones del arte. García revisita obras, él mismo cita a Renoir, Fantin-Latour y Jacques Linard, entre otros. Hay un velo que las recubre. La mirada despeja.
Las flores "se entregan en ofrenda al amor, la amistad, las mudanzas, los muertos, agrupadas en ramos, arreglos, guirnaldas, coronas, o en su singularidad. También integran variados catálogos de bálsamos curativos y componen la colección nutrida del perfumista", recuerda Di Crosta.
Por qué no pintarlas, entonces, buscando la mano precisa del artista entre sus matas o pétalos. García no duda. Las mira y las exhibe.
Por eso quizá Di Crosta recurre a Roland Barthes cuando dice son el "ser mismo del lujo(...): están más acá y más allá del fruto útil". A lo que agrega: "son un excedente, se escapan del orden de lo fecundo, no suponen la productividad como destino, sino son entrega y homenaje del gasto puro"
Y conecta con una delicada tradición japonesa llamada Hanami, que literalmente significa ver flores. "Durante la época en que florecen los cerezos, coincidente con la de la plantación del arroz, casi como un ritual, la gente va a los parques y jardines a observar las flores, a celebrar su explosión. En este otoño, cuando las hojas comienzan a amarillear, Daniel García nos dice con Algunas flores que no todas han caído, ni todas aún han sido pintadas".
Data
Algunas flores, de Daniel García, se expone en la galería de arte eStudioG (Galería Dominicis, Catamarca 1427, locales 12-24), de lunes a viernes, de 14.30 a 20.30.
Bio
Daniel Garcia (Rosario, 1958) expone individualmente desde 1982. Ha obtenido entre otras distinciones el 2º Premio Braque de 1992, la Beca a la Creación Artística de la Fundación Antorchas en 1994. Obtuvo el Konex de Platino de la Fundación Konex en el año 2002.