Bajo un calor sofocante, miles de pasajeros quedaron varados ayer en la estación de ómnibus Mariano Moreno por una medida de fuerza de los choferes nucleados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El paro, que comenzó cerca de las 14, afectó el servicio de media y larga distancia tomando por sorpresa a los usuarios, a las empresas y a las autoridades de la estación de micros local, quienes no lograban brindar información precisa sobre los recorridos caídos. Largas colas en las boleterías y pasajeros en los colectivos esperando salir completaban el cuadro.
El paro de la UTA comenzó a tomar forma pasado el mediodía en repudio a la decisión empresarial de eliminar el conductor auxiliar en los viajes. A esa hora las empresas de media y larga distancia que operan en la estación de Cafferata y Santa Fe dejaron de vender pasajes. Pero miles de usuarios que ya tenían comprado su boleto se fueron enterando al llegar a las plataformas que el micro que los iba a transportar no salía.
A media tarde, cuando el termómetro del Servicio Metereológico (SMN) marcaba 45 grados de sensación térmica en Rosario, al interior de la terminal, en pleno proceso de reformas, la temperatura real superaba con creces ese registro. En medio de escombros, arena, polvillo y suciedad, sólo un par de ventiladores intentaban atenuar un calor agobiante.
Para peor, ni las pantallas de la estación, ni el puesto fijo de información instalado en el ingreso tenían datos precisos de los servicios caídos. Y las boleterías estaban desbordadas de consultas. Utilizando de abanico lo que tenían a mano, miles de pasajeros esperaban alguna respuesta oficial.
"Estamos desde el mediodía varados acá en Rosario. La empresa no nos dice nada y estamos con toda la familia con este calor a la espera para poder seguir viaje. Un desastre", se quejó Diego, un pasajero que viajaba con destino a Formosa proveniente del sur. "Yo viajo al Chaco, ¿saldrá el colectivo?", preguntaba una señora de edad, en voz alta, a quien quisiera escucharla. Nadie le contestaba.
En el puesto de información al usuario, Carolina se excusaba de dar algún dato preciso de lo ocurrido y se limitó a señalar que la merma de servicios había sido elevada. "Hoy tuvimos muchas consultas, pero no las pudimos responder. Sólo sabemos que a quienes compraron el pasaje y el micro no salió se le devuelve el dinero o le dan un boleto abierto", agregó.
El director de la terminal, Orlando Debiasi, aclaró que los empleados de la estación "no pudieron dar información sobre los viajes cancelados porque las propias empresas no la suministraban. Con lo cual tuvimos que derivar las consultas a cada boletería".
El funcionario admitió que la protesta de la UTA se sintió con fuerza en la terminal rosarina. "Por día tenemos unos 1.100 servicios entre los que llegan y salen, de los cuales casi 600 son de media y larga distancia, con lo cual el impacto fue importante", precisó.
A diario, por la estación de colectivos local pasan unos 40 mil pasajeros y se estima que la mitad tuvo algún problema para tomar el micro que había contratado.
Quienes tuvieron mejor suerte fueron los pasajeros de corta distancia y los servicios dentro de la provincia. Los micro que se dirigían a la ciudad de Santa Fe, a localidades vecinas e incluso al norte de la provincia de Buenos Aires salían con normalidad ya que la decisión patronal que disparó el paro no los alcanzaba por ser recorridos menos extensos.