Una vez más la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de
Rosario (UNR) se convirtió en el escenario de un escándalo que pone en discusión la calidad
académica del nivel superior. A pesar de haberse registrado aplazos masivos durante un examen
escrito clave, el decano de esa casa de estudios, Carlos Crisci, permitió a los estudiantes
bochados pasar a la instancia oral. La situación ocurrió con la negativa del titular de la cátedra
clínica médica (materia que debían rendir), Alcides Greca, quien obtuvo dos dictámenes del
Rectorado en los que se anuló la decisión del decano, quien igualmente defendió su posición. Ahora,
el Consejo Directivo de la facultad abordará el tema en medio de una polémica que evidencia fuertes
enfrentamientos puertas adentro de la institución.
Unos 200 alumnos se presentaron en febrero pasado al examen escrito final que
exige reunir el 60 por ciento de las preguntas aprobadas para pasar al oral.
Sin embargo, Crisci avaló una resolución de la Escuela de Medicina de la
facultad en la que se permitió que quienes no aprobaron pudieran llegar al segundo examen.
Para muchos, la materia clínica médica (de 3er. año) es la médula de la
capacitación de los estudiantes. La evaluación tiene dos instancias: la escrita y la oral. Pero la
primera prueba define si los alumnos llegan a la segunda. Y para ello es necesario aprobar con 6
puntos sobre 10, pero el 80 por ciento no alcanzó ese objetivo.
La reacción no se hizo esperar. Y varias agrupaciones estudiantiles plantearon
ante el Consejo Directivo de la facultad que se revea la decisión de Greca. La queja derivó en la
resolución 1.294/2008, firmada por Crisci, que respaldó la propuesta de la Escuela de Medicina de
la institución. En ella se consideraba que el alumno que obtuvo 5 puntos de 10 (el 50 por ciento)
aprobara con 7 el examen oral para promediar los 6 puntos.
"Esto es irregular por varias razones. El reglamento de examen de la facultad
dice que se aprueba con 6 puntos de acuerdo a la resolución 639 del Consejo Superior (que dice que
5 puntos es insuficiente tanto para exámenes parciales y finales en todas las instancias de la
Universidad) y el que no aprueba el escrito no puede hacerlo con el resto", indicó Greca a La
Capital.
Aun así, el área de clínica médica se sometió a lo resuelto por el Decanato y
cumplió la orden al permitir que los alumnos rindieran en estas condiciones, cuestión que
finalmente ocurrió. Pero lejos de conformarse, Greca elevó una nota al Consejo Superior de la UNR
donde deslindó responsabilidades y habló de proceder "antirreglamentario".
Hace una semana, el órgano máximo de la Universidad reprodujo un dictamen de la
asesoría jurídica del Rectorado. En este sentido, Greca aseguró que dicha sentencia entiende que la
resolución de Crisci no cumple las normas vigentes y propone declarar "nulo de toda nulidad" el
examen escrito aprobado con menos puntaje que el reglamentario. Lo mismo se desprendió desde la
Comisión de Interpretaciones y Reglamentos del Consejo Superior.
Frente a esto, el titular de Medicina pidió al rector de la UNR, Darío Maiorana,
que se le otorguen dos semanas para abordar el tema en el marco del Consejo Directivo de la
facultad, algo que fue concedido. En rigor, el martes la problemática estallará en la reunión de
docentes, no docentes, graduados y estudiantes.
"Si esto no es rectificado, se pondrá en riesgo la calidad educativa", sentenció
Greca para insistir: "Dar por aprobado cualquier instancia de examen con 5 puntos va contra el
reglamento".
Réplica. A su turno, Crisci negó los argumentos aportados por el docente. "Hacer
una movida anticipatoria a la resolución del Consejo Directivo está basado exclusivamente en los
dichos de personas. Este es un tema interno de la facultad", indicó el decano al recordar que
existe una resolución de la Escuela de Medicina y que, a posteriori, hubo otra del Consejo
Directivo "que avaló por unanimidad esta situación".
En relación al porcentaje de puntos para aprobar un examen, Crisci insistió que
una evaluación se aprueba "cuando se han complementado la parte escrita y la oral con 6 puntos (es
decir con el 60 por ciento), de modo que no se actuó antirreglamentariamente". A su vez, el decano
afirmó que en algunas materias de la Universidad "se requiere el 80 por ciento, en otras el 60 por
ciento y muchas veces el 40 por ciento", antes de insistir que "se cumplieron todos los pasos y los
mismos consejeros que plantearon un recurso de queja estaban presentes en la aprobación de esta
resolución". Crisci se mostró confiado en que esta problemática pueda aclararse en la próxima
reunión del Consejo Directivo de Medicina.
Ayer, la reunión del órgano multipartito de la facultad no abordó el tema. En
otro orden, los dictámenes de la asesoría jurídica como los de la Comisión de Interpretaciones y
Reglamentos deben someterse al Consejo Superior de la UNR.
Por encima. "Las resoluciones de este ámbito están por encima del Consejo
Directivo de Medicina; no lo pueden desconocer", sostuvo el profesor de clínica médica.
—Greca, ¿cree que la facultad está conducida por los estudiantes?
—La agrupación Alde y el movimiento RCP (Realidad, Compromiso y
Participación), que son de izquierda, han ido en sociedad con la actual gestión y forman parte del
oficialismo. Tienen un peso importantísimo en las decisiones que toman las autoridades. Y en este
caso el decano hizo suya una resolución de la Escuela de Medicina que no tiene atribuciones, sino
puede recomendar. Luego, el Consejo Directivo avaló esta decisión.
—¿Se lo desautorizó en sus conocimientos?
—Esta resolución es una clara intromisión en la libertad académica, lo
único que puede hacer el decano es corregir una medida arbitraria, pero intervenir sobre los
contenidos de lo que se evalúa es meterse directamente en la libertad de cátedra, un tema crucial
de la reforma universitaria de 1918, algo que las agrupaciones estudiantiles dicen defender. Esto
nos parece inadmisible y hasta la consejera de Derecho, Noemí Nicolau, se pronunció enfáticamente
en este sentido.
—¿Recibió represalias por tomar esta actitud?
—El decano por nota y en nombre del Consejo Directivo había solicitado un
severo llamado de atención por haber desconocido lo resuelto por las autoridades, pero lo rechacé
por improcedente.