El sindicato médico (Amra) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) volvieron a advertir sobre las escasas medidas de seguridad que ostentan los hospitales. La reacción de familiares de una niña que falleció tras un accidente doméstico en el Hospital de Niños Zona Norte actualizó el reclamo de los trabajadores de la salud. En estado de shock, un hombre dañó la puerta de un ascensor, ingresó al sector de internación y con un golpe de puño rompió los vidrios del office de enfermería. Médicos, enfermeros y administrativos pidieron que se incrementen los mecanismos de prevención.
En el hospital infantil de avenida de los Trabajadores al 1300, frente al parque Alem, funciona un destacamento policial y existe un sistema de cámaras de seguridad. Aún así, según señalan los médicos, las situaciones violentas no son poco frecuentes. "Después de las 18, el hospital queda muy abierto y muy aislado y, muchas veces, los trabajadores quedan muy expuestos", advirtió la delegada del gremio que agrupa a los estatales, Laura Salvadeo.
La secretaria gremial de Amra, Sandra Maiorana, coincidió en el diagnóstico. "En el hospital se deben reforzar las medidas y protocolos de seguridad. No puede ser que cualquier persona circule por cualquier sector y acceda a las salas donde están los chicos internados o donde descansan los médicos", explicó.
El episodio que actualizó el reclamo se desató anteayer pasadas las 22, cuando una niña de 7 años ingresó al hospital sin signos vitales después de sufrir un accidente doméstico. Junto a su mamá, los médicos la llevaron al tercer piso del centro asistencial, donde funciona la terapia intensiva, para realizar las maniobras de reanimación, que resultaron inútiles.
Mientras tanto, de acuerdo al relato de médicos y enfermeros, un familiar irrumpió en el hall buscando a la chiquita y rompió las puertas del ascensor del ala norte. Después subió al primer piso, ingresó al área de internación y con una trompada rompió los vidrios del office de enfermería.
"Fue una situación muy angustiante, no sólo para los trajadores, sino para los chiquitos internados que escucharon los gritos y la rotura del vidrio. Durante 45 minutos o más, el hospital parecía tierra de nadie", comentó Salvadeo y remarcó que todo sucedió ante la mirada de la oficial que estaba de turno en el destacamento, "que no pudo contener la situación".
Maiorana remarcó que "si bien no hubo agresión a nadie, no puede suceder en un hospital que alguien entre y ande por donde quiera rompiendo todo". La médica advirtió que en los últimos años resulta frecuente "que la gente descargue su impotencia con violencia" y por eso, explicó, se necesitan mecanismos para prevenir estas situaciones.
La secretaria gremial de Amra se reunirá hoy con las autoridades del hospital. Durante el encuentro planearán un reclamo formal por las condiciones de seguridad dentro del centro asistencial.
"El hospital tiene serios problemas edilicios en esa materia. Hay sectores que no pueden permanecer abiertos toda la noche, ni existir lugares que son para la circulación del personal donde cualquiera pueda entrar", apuntó y destacó que "no fue un hecho menor que una persona entre libremente al lugar donde están los chicos internados".
La delegada de ATE pidió que "se tomen seriamente los episodios que se viven dentro del hospital. En los últimos años la situación cambió: el hospital está superpoblado, la atención demanda más espera y la gente llega mal predispuesta", y destacó que "se necesitan tomar medidas para que estas situaciones se aborden correctamente".