Que un hisopado hecho en un centro de salud de la ciudad demora 12 días y el resultado llega cuando el paciente ya está de alta. Que no están habilitadas las juntas médicas que permiten a los pacientes con discapacidad renovar sus certificados y así poder acceder a sus prestaciones de salud. Que tampoco están normalizados los trámites de documentos de identidad que permiten a las personas con mayor vulnerabilidad acceder a la asistencia social. Más la saturación de los servicios. Más la precarización, de diferentes formas a nivel municipal, provincial y también en el sector privado. Más la sobrecarga y el cansancio. Más los seis meses de aislamiento. Esa sumatoria viene generando “un enorme malestar” en los equipos de salud de diferentes estamentos que este martes se encontrarán en forma virtual en una asamblea, donde entre otras cuestiones pedirán ser escuchados por el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin.
“Tenemos una discusión pendiente de cómo se piensa el acceso a la libertad y a la democracia. Porque la libertad no puede ser ir a un bar o ir al gimnasio, cuando hay gente que está quedando fuera del sistema de seguridad social y de políticas sociales. En la dicotomía salud o economía, se olvida que a esta enfermedad la transmiten las personas, y si perdemos de vista en el debate a las personas, se nos escapa en el medio un elefante”, plantea Marina Iraolagoitia, integrante del equipo de Trabajo Social del Hospital Roque Sáenz Peña.
Si bien el malestar es acumulado, claramente fueron las últimas aperturas dispuestas por la provincia y la Municipalidad las que mayor rechazo generaron entre los equipos médicos. “Es como asistir a la evolución natural de la enfermedad cuando mundialmente está probado que la única acción que evita eso, es el aislamiento”, recalcó Andrea Montaner, médica de uno de los centros de salud del municipio y una de las trabajadoras que pusieron en marcha la convocatoria al encuentro virtual para exigir algunas respuestas.
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Discutir políticas públicas
“El objetivo central es discutir las políticas públicas de salud y que los médicos, que somos los que estamos atendiendo en la pandemia podamos nada más y nada menos que ser escuchados”, señaló la médica, que además recalcó la complejidad de garantizar ese derecho con los sistemas de salud saturados.
Sólo para poner un ejemplo, Montaner señaló que “hoy el resultado de un hisopado no demora menos de 12 días”, y agregó: “Eso significa aislar preventivamente a una persona y le confirmás el diagnóstico cuando le tenés que dar el alta. Cómo le explicás eso a una mujer que la patrona la llama para que vuelva a trabajar como empleada doméstica y que aún no tiene el resultado, o al que lo obligan a volver de la fábrica porque no tiene el resultado, o el que tiene que salir a juntar cartón o vender churros para hacer la diaria”.
Eso sin tener en cuenta todas las patologías que no son Covid, como señala la trabajadora social. Es que quizá uno de los escenarios que mayor malestar provoca, además del cansancio y la constante rotación de equipos ante contagios y aislamientos, es que en la última semana se hayan habilitado bares, restaurantes y gimnasios, cuando “hay derechos que el Estado tiene que garantizar y no se está haciendo, y eso deja gente fuera de las políticas sociales”, recalcó Iraolagoitia.
Sin dejar de reconocer “todos los sectores tienen que parar la olla”, la trabajadora social puso blanco sobre negro al decir que “la discusión es mucho más compleja que salud o economía”, y agregó: “Hoy hay pacientes discapacitados que no tienen habilitados trámites para renovar certificados y eso les significa no tener prestaciones, gente que no puede hacer el documento y se queda sin acceso a la seguridad social, o a la ayuda social. Ahí tenemos que discutir qué es hablar de libertad y democracia”.