El cuarto día de cortes "preventivos" de luz se encontró con ánimos encrespados,
una temperatura para derretir cemento y la bronca de los comerciantes porque los apagones les
bajaron abruptamente las ventas navideñas. Con el sol a plomo sobre la ciudad, los cortes
arrancaron a las 9 pero hubo sorpresas extra: la peatonal quedó sin energía y sus galerías
convertidas en socavones oscuros. No fue la única indignación visible, en la zona sur hubo vecinos
que padecieron hasta 12 horas sin luz y gente a quienes los cortes "preventivos" les tocaron dos
veces en el mismo día.
En ese marco, los contratiempos cotidianos tuvieron la dimensión de una ópera.
Clientes enojados, trámites inconclusos, turnos perdidos, bebidas calientes, ascensos y descensos
por decenas de pisos en los edificios y venta a la lumbre de las luces de emergencia que los
empleados llevaban de acá para allá entre las mercancías.
"No hay luz señor", escuchó decir Alfredo, un hombre que había encarado hacia
una cabina en el telecentro de Moreno y Urquiza. Dio media vuelta y explicó que tenía una urgencia
y necesitaba hablar. "Si es por el bien... pero no creo, porque nos están poniendo incómodos a
todos", dijo mientras salía a ver desde la esquina cómo resolvía su problema de incomunicación.
Mientras Jésica explicaba que llevaban la cuarta jornada de apagones en
dobletes, durante la mañana y también vespertinos, Leticia entró agitada. Llevaba media hora
buscando cómo hablar con su médica, no se sentía bien y se quedó sin comunicarse y sin carga
virtual.
En un edificio cercano, María Elena Valenti, que es psicóloga y atiende en el
octavo piso, ya había hecho el cuarto viaje acompañando a sus pacientes por las escaleras. "Vienen
una vez por semana y no puedo suspender los turnos", explicó. Al frente de su farmacia, Ana dijo
que durante los cortes no podía vender nada porque "todo está en la computadora".
Insólito. Para los comerciantes de calle San Luis al 1800 los cortes son más
perjudiciales que la mentada crisis. "Tenemos derecho a tener luz cuando tenemos trabajo", enfatizó
Daniel Hanono desde Creaciones Montpellier y encontró la explicación a la seguidilla de cortes en
"años de falta de previsión en infraestructura".
"Tenemos que elegir a media luz, nos encontramos con este inconveniente y en
todos lados nos demoramos porque están sin luz", comentaron Lorena y Beatriz, quienes habían
llegado desde Santa Fe para hacer compras mayoristas.
Para Hernán, que tiene un salón de ventas en la misma cuadra, los cortes de luz
llegan en muy mal momento. "Justo cuando estamos trabajando a full por las fiestas", aseguró
mientras apagaba el generador que compró hace dos años, "cuando empezaron los problemas como cada
verano. Difícil de entender, ¿no? ¡Que dejen de robar y que inviertan!", disparó el
comerciante.