La fe y el profundo arraigo a la tierra andaluza y su cultura volvieron a conjugarse ayer en el
Monumento a la Bandera, donde tuvo lugar una vez más la tradicional festividad de la Virgen del
Rocío. Tras una misa celebrada por el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, coloridos ballets
flamencos le hicieron frente a un amenazante cielo gris en una tarde en la que, a pesar de que el
clima no acompañó, cientos de paseantes contemplaron el espectáculo desde las escalinatas.
La de ayer fue la 16ª edición de esta festividad organizada por el
Centro Andaluz Virgen del Rocío a la manera tradicional que tiene lugar en el sur de España,
caracterizada por el colorido de los trajes flamencos, la estampa de los gauchos y sus caballos,
las carretas y la gente bailando y cantando sevillanas en honor a la Virgen. En Rosario, la
celebración apunta a rescatar aquella cultura original de Andalucía e integrarla con el folclore
argentino.
La tarde de ayer estuvo organizada en tres momentos: procesión, misa y
romería. Seis carretas rocieras, jinetes y público participaron de la procesión que comenzó a las
14.30 en la plaza López y culminó cerca de las 16 con la entrada de la Virgen y el público por el
pasaje Juramento hasta el Patio Cívico del Monumento Nacional a la Bandera.
Minutos más tarde, allí se celebró la misa rociera que por tercer año
consecutivo estuvo a cargo de monseñor Mollaghan. El arzobispo estuvo acompañado por el coro
rociero del Centro Andaluz, que entonó las canciones en clave flamenca.
Apenas pasadas las 17 comenzó la “romería”, un espectáculo
de canto y baile flamenco que contó con la participación de cinco ballets de la entidad
organizadora. Los cuadros de danzas típicas andaluzas fueron intercalados con bailes folclóricos de
Sudamérica a cargo de elencos del Ballet Latinoamericano y de la Escuela Municipal de Danzas
Ernesto de Larrechea.
Mientras mujeres de todas las edades desplegaban los bailes flamencos al
compás de música grabada o ejecutada en vivo, también se recibían alimentos no perecederos y otras
donaciones para el Hogar del Huérfano.
Para las 19.30 estaba pautada la despedida de la Virgen del Rocío con
cante de saetas (canciones tradicionales andaluzas) a la luz de velas. La imagen de la Virgen
regresó a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, de Pellegrini al 1500, donde reside. Y la fiesta
fue coronada por fuegos artificiales.