El intendente Miguel Lifschitz salió ayer a meterle presión al Concejo para que
apruebe el aumento del boleto: advirtió que no llegarán más subsidios nacionales para los ómnibus
rosarinos y les pidió a los ediles que acuerden hoy una solución al desfinanciamiento que asfixia
al sistema de transporte urbano de pasajeros y que, frente a nuevos indicadores económicos, amenaza
con profundizarse.
En tanto, hasta anoche el oficialismo carecía de certezas
sobre si la comisión de Servicios Públicos del Palacio Vasallo le daría hoy despacho al proyecto
que, entre otros puntos, contempla incrementar el pasaje a 1,80 peso (ver aparte).
Lifschitz optó por tomar distancia de las negociaciones
políticas para allanarle el camino a la suba del costo del viaje en 20 centavos. Pero les reclamó a
los concejales apurar la discusión para poder "avanzar" en una alternativa que achique el déficit
de la prestación.
Fue entonces cuando el intendente alertó: "Los subsidios
nacionales son los que están y no hay perspectivas de que aumenten".
Aunque más nubarrones sobrevuelan el Palacio de los Leones:
la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Rosario recibirá en las próximas horas el acta acuerdo del
aumento de 700 pesos no remunerativos, retroactivos a enero, que acaba de sellar el gremio que
agrupa a los choferes de colectivos con las empresas de transporte del Area Metropolitana de Buenos
Aires (Amba).
Para los ojos del municipio, el incremento salarial
implicaría unos 15 centavos más de déficit por pasajero y un impacto de 1.400.000 de pesos
mensuales en el sistema. Una proyección clave que no está incluida en el cálculo del valor del
boleto en poder de Servicios Públicos.
Como viene ocurriendo en los últimos años, la UTA Rosario
aguardará primero el envío del acta acuerdo rubricada en territorio bonaerense. Luego planteará
formalmente la apertura de la negociación de una mejora salarial.
Antes de los dichos del intendente, y en función del
reciente contacto entre la Casa Gris y el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo
Schiavi, el municipio aguardaba para dentro de un par de semanas la respuesta al enésimo pedido de
subsidios.
La administración de Lifschitz aspiraba a alcanzar 70
millones de pesos para equilibrar el desfasaje histórico del sistema.
El propio intendente había reconocido días atrás que el
transporte urbano está "al límite" y que algunas empresas podrían tener problemas para pagar los
sueldos. Poco después, el secretario general de la UTA Rosario, Manuel Cornejo, adelantó el pedido
de recomposición del 20 por ciento a oficializar en la paritaria.
Además de los interrogantes instalados por Lifschitz
respecto de la asistencia financiera de la Casa Rosada, otro habitual transeúnte de los pasillos de
Buenos Aires 711 potenció las dudas ante La Capital: "De llegar más subsidios, es de esperar que
incluyan el último aumento a los choferes, como se hizo en anteriores oportunidades".
El Ente de Transporte de Rosario (ETR), que ahora preside el secretario de
Servicios Públicos municipal, Gustavo Leone, viene registrando desde agosto pasado un desfasaje de
50 centavos entre el costo técnico del boleto y la actual tarifa de 1,60 peso.
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