"Pará, ¿no ves que tengo guardapolvo? Estoy a media cuadra de la escuela para dar clase", dijo la maestra a pocos metros de la Escuela Nº 1.326 "Maestro Sergio del Coro". No hubo caso. El pibe bajó de la moto y le apoyó el revólver en la cabeza. Horrorizada, entregó el bolso de inmediato. El caso desató un abrazo solidario que ayer docentes, padres y alumnos protagonizaron en torno de la escuela de Solís y Túpac Amaru. La comunidad educativa exigió la puesta en marcha de un corredor seguro para llegar y salir de las aulas.
Robos, arrebatos, piedrazos a los techos y hasta cascotazos en los patios en el horario escolar. En barrio Ludueña se vive así, y frente a ello, los maestros decidieron dar visibilidad al conflicto para solicitar una solución.
La gota que rebalsó el vaso llegó el jueves pasado, cuando a las 7.30 una docente del nivel primario terminó con un arma en la cabeza.
El robo produjo el hartazgo de las docentes. Pero aún. Tras el llamado al 911, la policía recién llegó una hora y media después.
De la movida de ayer participaron alumnos, padres y maestros del turno mañana y tarde, donde a diario asisten unos 400 chicos del nivel primario. "Fue un reclamo satisfactorio, esperemos que sea escuchado", comentó a LaCapital la docente y delegada en la 1.326 de Amsafé, María Costa.
Seguidilla. La seguidilla de hechos se vienen acumulando. Hace tres meses una docente fue asaltada y golpeada y aún se encuentra de licencia. "Queremos que el Estado nos defienda, se tiene que hacer responsable. Pedimos un corredor seguro y no sólo para la escuela sino para toda la zona. Los vecinos son las principales víctimas de la inseguridad", ahondó Costa.
A su entender, desde Eva Perón (ex Córdoba) hasta Junín, por calle Solís, debería montarse un dispositivo de seguridad con uniformados que garanticen el ingreso y egreso escolar. La entidad educativa se encuentra por Solís al 100, entre las vías del ferrocarril y Túpac Amaru, en la zona definida como "detrás del complejo Village".Muchas maestras llegan hasta la puerta de la escuela con la línea 141 de colectivos. Para otro grupo no hay opción. Ante la falta de transporte que las deje a metros de la puerta, deben atravesar unas cuadras caminando.
Contraste. Ayer a media mañana y ante la difusión del abrazo solidario, un grupo de policías fuertemente armado se apostó frente al edificio escolar. Una postal muy distinta a los "peligrosos" horarios de las 7.30 o de las 14.30, cuando salen los docentes de la jornada extendida.
El clima de violencia no se circunscribe sólo a los robos. Los techos están plagados de botellas y piedras. Y a la tarde, los alumnos que salen al patio están expuestos a cascotazos que "llueven" desde el cielo. "Vienen desde atrás de la vía", aseguraron.
"La siesta es peligrosa. Está muy despoblado. O salimos juntas o nos acompañan las porteras hasta el colectivo y nos miran hasta que subimos", remarcó Costa.
Con las reservas del caso por temor a ser sancionada por las autoridades educativas, una docente también graficó la realidad de la escuela de barrio Ludueña. "Veníamos con los robos una y otra vez, pero lo del arma en la cabeza fue lo más tremendo", dijo la maestra con más de dos décadas en la institución y se quejó de la repentina aparición de ayer de policías. "Vinieron todos de golpe, porque hacíamos el abrazo, pero a las 7.20 no estaban", recordó.
Otra docente que incluso vive a pocas cuadras, optó por igual tomar el colectivo. "Antes venía en bici, me quisieron robar varias veces, venía caminando y lo mismo. Ahora me subo al ómnibus, ya no hay más respeto por la maestra", indicó.
La modalidad es casi siempre la misma. Motitos que aceleran y de golpe el arrebato o el robo a mano armada. "Ojo que también delinquen con la gente del barrio, los negocios. Bastante droga, bastantes armas. A veces me da lástima saber que varios ex alumnos han muerto por el tema narco. Muchos eran buenos alumnos", admitió una de las profesoras.
La maestra asaltada a punta de pistola el jueves tuvo la decisión y el coraje de no abandonar las aulas. "No tiene colectivo que la traiga. Después de lo que le pasó, decidió enfrentar la situación y transmitirle a los chicos que iba a seguir viniendo", señaló una compañera.
Pasando las vías férreas y muy cerca de la 1.326 se encuentra la seccional 12 (Pedro Lino Funes 255 bis). "No hacen nada, el viernes se acercó un policía a la puerta y nos dijo que a la hora del ingreso a la escuela tienen que llevar los detenidos a Tribunales, incluso nos dijeron que para cuidarlos en el penal ponen tres mujeres policías", dijo una de las delegadas docentes.