Los preuniversitarios, tanto alumnos como docentes, y los ingresantes al cursado 2021 no enfrentan pocos obstáculos en el marco de la pandemia y la imposibilidad de llevar adelante clases presenciales. Los que iniciaron en marzo su primer año del secundario en el Superior de Comercio y el Instituto Politécnico no llegaron siquiera a pisar las aulas, muchos no tenían acceso a conectividad ni a dispositivos, y son adolescentes que no llegaron siquiera a conocer a sus profesores. Los exigentes exámenes de ingreso para alcanzar alguna de las vacantes en cualquiera de las escuelas que dependen de la Universidad de Rosario (UNR), que mayoritariamente preparan en clases o institutos particulares que costean las familias, también cambiaron sus modalidades en el contexto del Covid-19. Para el cursillo virtual que el Poli dictará a más de 400 aspirantes a partir de esta semana, y con más de 600 preinscriptos ya en el Superior, los programas debieron modificarse. Los directivos adelantaron que los contenidos que a fin de año se evaluarán para el ingreso 2021 serán los de 6º grado, y no los de 7º.
“Nadie estaba preparado”, cuentan sin medias tintas los directores de “El Supe” y “El Poli”, Gabriela Zamboni y Juan Farina, respectivamente, y coinciden plenamente en que las principales dificultades se presentaron con los alumnos de primer que año, que apenas si llegaron a pasar por las aulas unas pocas horas.
“En los años subsiguientes los chicos ya tienen herramientas, contenidos más o menos, ya sabe razonar _señala Zamboni_. Pero en el caso de 1º año ese es todo un desafío en el marco de una virtualidad quebró sus expectativas de inicio del secundario, y además para la que no estaban preparados”.
Si bien en ambos establecimientos se organizaron a través de plataformas, envío de materiales, y en algunos casos encuentros virtuales el acceso a la conectividad a los dispositivos no estaba garantizado en todos los casos
“Pensar que en todas las casas hay dispositivos disponibles es un error porque en muchos casos se comparten, los requieren sus padres para trabajar o sus hermanos, y es imposible pensar en que pueden trabajar largas horas a través del teléfono porque dañaría su salud”, indica la directora del Superior.
Sin embargo, va más allá y agrega que “creer que los adolescentes están completamente digitalizados y saben todo de las tecnologías es otro error grueso, porque no es así. Sí es cierto que no tienen miedo frente a esos cambios y ahí radica principalmente la diferencia generacional, pero no que ya se las saben todas”.
Rastros del "Conectar igualdad". Con ese escenario, además de organizar las clases, la primera tarea que se dieron docentes, preceptores y directivos fue realizar un relevamiento de qué posibilidades tenían los alumnos en ese sentido para definir las intervenciones.
“Fue todo bastante artesanal en el sentido que a medida que iban apareciendo las dificultades, se iban buscando las soluciones”, indicó Farina, desde el Politécnico. Así, una vez relevadas las necesidades de dispositivos, ambos directivos desempolvaron las netbooks que habían quedado del programa Conectar Igualdad, que se entregaron durante la gestión del kirchnerismo, y se entregaron.
“Incluso se la llevamos a los domicilios”, explica Farina, y señala que si bien la prioridad estuvo en los alumnos, también algunos docentes recibieron esa herramienta.
A los problemas de conectividad, Zamboni cuenta que fue la propia Universidad la que puso a disposición de esos alumnos un módem y el abono de la conexión, y Farina indicó que en algunas situaciones también se les entregaron chips para que puedan acceder al servicio de internet.
De cara al 2021. Lo cierto es que hubo que reprogramar las actividades de este año, en el caso del Politécnico, por ejemplo, apenas si los alumnos de 6º año pudieron realizar virtualmente algunas de las prácticas profesionalizantes previstas habitualmente en forma presencial y en empresas para el último año de cursada.
Ante la incertidumbre no sólo para este año, sino incluso para el próximo ahora también los ingresos para el año próximo están siendo repensados y en ambos casos aseguraron que los contenidos fueron recortados y reorganizados de acuerdo no ya al nivel de 7º grado, sino de 6º, ya que los ingresantes también vendrán de cursar un último año extraordinario en el ciclo primario.
En el Superior no sólo dejaron de lado la modalidad presencial del cursillo, sino que abrieron una preinscripción ya habilitada en su sitio web (https://esupcom.unr.edu.ar/) donde en apenas 24 horas hubo 300 anotados.
“Ahí estamos subiendo materiales, invitándolos a conocer la escuela, con videos de referentes y docentes de la escuela, y mostrando los contenidos que se van a evaluar”, indica su directora.
En el caso del Politécnico con más de 400 inscriptos sí habrá cursillos, pero serán virtuales. También Farina indicó que se recortaron contenidos y se requirió un trabajo arduo de los docentes para quienes también la virtualidad es una novedad. “Ni siquiera podemos decir cómo serán los exámenes de noviembre porque no hay escenarios ciertos por delante”, dijo el directivo, que señaló que en un año tan fuera de lo común, la cantidad de aspirantes “no cayó respecto de años anteriores”.