Cada vez falta menos para que comiencen las obras de reconversión del Centro Universitario (CUR), conocido como La Siberia. Por ello, el rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Héctor Floriani, afirmó que este hecho marca un punto de inflexión en la historia y, además, resaltó la importancia de poder reordenar la fisonomía "no sólo del campus sino también del barrio".
En diálogo con La Capital, Floriani dijo que esto es algo que hace "muchísimo" tiempo que se espera. "Resolver estos problemas es parte de lo que buscamos", sumó.
"Yo empecé a frecuentar el Centro Universitario en 1975, cuando comencé a cursar arquitectura. Había una situación mucho menos desarrollada que la actual y, en alguna medida, sufrí los inconvenientes de la lejanía, la escasez de medios. Hoy participo de esto y es una parábola interesante: había una situación precaria que luego presenció cierto desarrollo, y ahora, ocupando este lugar, contribuimos a que todo se resuelva definitivamente", expresó el rector.
A su vez, Floriani recordó el inicio del proyecto del campus: "Luego de debates de una comisión nacional, conformada por dependencias del mismo Estado nacional que interactuaban con el municipio y el gobierno provincial, el presidente Juan Domingo Perón firmó en 1954 un decreto que establece la creación de una ciudad universitaria en esos terrenos".
"Hay una ley de 1962 (la Nº 16.052) que oficializa el plan que se había firmado en la década anterior y que ordena su expropiación. El Estado nacional cede gran parte de los terrenos actuales, que eran heredados del ferrocarril. Con buen tino, el plan previó que la Universidad, que no era de Rosario sino un pedazo de la del Litoral, tenía que tener un campus", indicó.
A finales de la década de 1990, según contó el arquitecto, se hicieron gestiones para reducir el espacio del CUR: "Lo que estamos reivindicando con este proyecto es la perimetración actual después de aquella reducción. La UNR necesita eso para tener certidumbre sobre dónde se puede desarrollar ediliciamente".
Según expresó el rector de la UNR, el proyecto es tan importante para el desarrollo de la casa de estudios como para el barrio y las familias, que serán relocalizadas.
"Tenemos que resolver el problema habitacional de la gente que está dentro del sector destinado al campus. Por eso, la propuesta que estamos por materializar responde a esa necesidad de la Universidad al cumplimiento de la ley que crea ese lugar y en ese sentido cedemos terrenos fuera de la Ciudad Universitaria para que allí se hagan casas", explicó Floriani.
Los hogares, que se desarrollarán en los terrenos que quedaron tras la reducción del perímetro a finales de 1990, se destinarán a más de 300 familias que tendrán que mudarse a "100 o 200 metros de donde están hoy, sin provocar ningún desarraigo" según contó el arquitecto.
"Tenemos conciencia de la realidad social. Con los terrenos que cedemos, estamos resolviendo el problema habitacional de los que se tendrían que mudar. Se construirán las casas nuevas (que se obtendrán junto con el título de propiedad) con inversión de la provincia", detalló.
Extensión
El anuncio de las obras coincide con los cien años de la Reforma Universitaria y el cincuentenario de la misma UNR, por eso Floriani opinó que el proyecto marca "un momento bisagra, de inflexión".
"En el marco de eso, sabemos que la Universidad es para investigar y formar. La Reforma agrega una tercera función sustantiva que es la extensión universitaria", explicó el rector.
Sobre ello, dijo: "Esta tarea que estamos haciendo también tiene algo que responde a esa misión, porque estamos haciendo una extraordinaria obra de extensión universitaria con nuestro barrio; no sólo contribuyendo a la solución habitacional de las familias, sino también generando un campus que garantice un espacio abierto y recreativo para el barrio".