"Debe haber sido el calor". En clave irónica, el intendente Miguel Lifschitz
aludió ayer a las razones por las cuales el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini,
reprochó la falta de acompañamiento del Palacio de los Leones a las decisiones que se toman durante
las sesiones barriales. En tanto, concejales de otros partidos apoyaron las palabras del titular
del cuerpo deliberativo, al tiempo que desde el PJ aprovecharon para denunciar que el Ejecutivo
destinará en 2008 menos fondos al presupuesto participativo.
Zamarini había reclamado el jueves pasado el acompañamiento
del intendente a los proyectos surgidos de las sesiones realizadas en los Centros de Distrito
(CMD).
"Le escuché decir al intendente que es bueno que los
concejales vayan a los barrios, pero sería positivo que tengamos un grado de respuesta de la
Municipalidad a las demandas de los ciudadanos", expresó el edil.
Réplica. Respecto del cuestionamiento de Zamarini, Lifschitz consideró: "Supongo
que fue un día de mucho calor y no funcionaba el aire acondicionado en el Concejo".
"La verdad es que Zamarini participa de las reuniones de
gabinete, así que tiene una buena oportunidad de discutir con el Ejecutivo los planes de obras que
se van implementando", agregó.
El intendente respondió con un "por supuesto" cuando se lo
interrogó acerca de si las obras planteadas por el titular del cuerpo estaban en curso. E insistió,
sobre los dichos de Zamarini, que "debe haber sido el calor".
Desde el ARI el concejal Carlos Comi sintonizó con las
palabras de su par socialista sobre el impacto negativo de la ley provincial que redujo la cantidad
de bancas. "El cuerpo no funciona mejor por el menor número de ediles y además perjudica a las
minorías", había afirmado Zamarini.
En tanto, el justicialista Osvaldo Miatello denunció que la
Municipalidad destinará en 2008 menos fondos para el presupuesto participativo.
La medida —advirtió el edil— está prohibida por
norma, aunque el oficialismo habría ingresado una iniciativa que ese requisito.
Miatello también reprochó la metodología de distribución de
presupuesto participativo: "No se puede repartir igual entre los distritos. Hay que considerar la
situación económica de cada uno".
Si bien a Lifschitz le costó digerir las críticas de
Zamarini por no implementar los proyectos que los ediles aprobaron en las sesiones barriales, no es
el primer choque entre el oficialismo en el Concejo y el intendente en lo que va de su segundo
mandato.
Días atrás fue palpable el malestar entre los concejales de
la rosa roja por el envío del controvertido aumento de las tasas al Palacio Vasallo sin previo
aviso.
No obstante, en el edificio de Buenos Aires 711 buscaron
aquietar las aguas: "Este tipo de declaraciones nunca caen bien, pero no busquen en la interna ni
en hechos políticos puntuales. A Miguel (por Zamarini) lo agarraron en un mal día".
Sin embargo, detrás del duelo verbal se esconderían
tironeos internos. Aunque es sabido que el socialismo nunca saca a relucir sus diferencias al sol.
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