Hace ya 15 días que el agua de las fuentes sobre las que se encuentran las esculturas de Lola Mora, en el pasaje Juramento, está de color verde y cubierta de algas. Este súbito cambio llama la atención de más de un peatón. Hace tres días vaciaron uno de los espejos y están realizando una limpieza "a mano" que llevará su tiempo. Desde la dirección del Monumento a la Bandera manifestaron que "los microorganismos se multiplicaron por el calor y por eso hay tantos".
"Las altas temperaturas y la gran temperatura solar generaron una proliferación de algas", explicó el recientemente nombrado director del Monumento a la Bandera, Miguel Carrillo. "No lo podemos prevenir porque el estado del agua depende del clima y este verano fue muy cálido", puntualizó.
El cuidado de los distintos espacios del Monumento a la Bandera está a cargo del Municipio, concretamente de la Secretaría General. Carrillo aseguró que desde el área de servicios centro, a través de una cooperativa de trabajadores "se empezó a limpiar la primera fuente", que ayer lucía vacía, aunque la mayoría de las piedras estaban cubiertas de algas.
"Es un trabajo lento y costoso porque se hace a mano. Se quita el barro que está entre las piedras y en el fondo y recién después se vuelve a llenar", explicó el director y no precisó cuándo los espacios podrían estar limpios.
Espejos de agua. Los arquitectos que realizaron el pasaje Juramento, Alejandro Beltramone, Marcelo Ponzellini y Mariano Costa describieron a las dos fuentes como "espejos de aguas" donde debían reflejarse las esculturas de Lola Mora y darles "movimiento". En este momento, el efecto está bloqueado porque sólo se ve el verde de las algas.
Estas fuentes representan al río Paraná. El agua que las cubre se toma de napas subterráneas, a 20 metros de profundidad, con una bomba. "No es agua potable", explicó Carrillo y comentó que "por el sistema de funcionamiento de la bomba, el agua está en permanente reciclado".
Comentó que "cada día las fuentes pierden un 10 por ciento de agua por evaporación, que se repone con el agua que extrae la bomba". En este punto, el directivo remarcó que "si el agua está verde es porque está oxigenada, en cambio si está marrón es porque está podrida. Y este no es el caso de las fuentes del pasaje Juramento".
En cuanto al mantenimiento, detalló que personal del Monumento arroja cada día 20 litros de cloro a cada fuente y pastillas herbicidas. Luego, cada semana, se hace el trabajo de limpieza.
El director insistió en que el agua "no está estancada" y fue más allá. Dijo que "es más pura que la del arroyo Saladillo".
Basura. Más que las algas, lo que preocupa seriamente al director del Monumento es la cantidad de basura que los paseantes arrojan en las fuentes. "Cada día sacamos un bolsón de consorcio y eso cuando no hay espectáculos", manifestó. Entre la basura encuentran desde celulares, pañales descartables, botellas, anillos, biromes, carpetas hasta libros y monedas.
El hombre abogó para que los transeúntes no arrojen desperdicios en las fuentes y señaló que "puede romperse la bomba y es muy caro arreglarla".
Desde 1997
El pasaje Juramento se hizo realidad en 1997, a partir de que la Municipalidad de Rosario convocó a un concurso de anteproyectos para el completamiento definitivo del conjunto cívico del Monumento Nacional a la Bandera que incluía la reubicación de las esculturas en mármol de Carrara de Lola Mora.