El sector de la construcción de vivienda privada en Rosario es el catalizador de inversión de gran parte de la región, tanto de sectores productivos como del agropecuario, la industria, el comercio; pero también de los ahorros que los ciudadanos tienen en cajas de seguridad y muchas veces abajo del “colchón”. El motor de este proceso es la buena rentabilidad del ladrillo frente a otras inversiones que, además, funciona como refugio de valor. En este proceso virtuoso de aporte de capital privado y desarrolladores eficientes que transforman liquidez en buenas unidades habitables, se compone la cadena de valor de la vivienda, conformada por más de 60 subindustrias, demanda de trabajo intensivo y aporte de riqueza para toda la ciudad. Este proceso es el que muestra, una vez más, la Asociación Empresarios de la Vivienda y Desarrollos Inmobiliarios de Santa Fe (AEV), el Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir), la Cámara de Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros) y la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Ceir) con el lanzamiento de la campaña “Volvé al ladrillo”.
“Me gusta acompañar en este marco complejo una campaña que busca promover inversión en industria productiva con mano de obra intensiva. Es parte de lo que debemos empujar para poner en marcha la actividad económica y defender el trabajo en la ciudad. Además es importante que se hayan asociado muchas instituciones en esto, y el municipio acompañará en todo lo que pueda”, afirmó el intendente, Pablo Javkin, en la presentación de la campaña “Volvé al ladrillo”.
“A mitad de abril la discusión era cuándo podríamos reactivar la construcción y llevamos varios meses de recuperación sin haber tenido problemas sanitarios, siguiendo los protocolos firmados con las empresas. El sector de la vivienda es clave, porque la mitad de inversión es mano de obra y de sectores populares”, destacó.
Por su parte, el presidente de la AEV Santa Fe, Leandro Rinaldi, dijo que el objetivo de la campaña es “reflejar las virtudes que tiene nuestro sector desarrollador de vivienda privada en la ciudad, por varias razones. La primera, porque somos generadores de trabajo genuino, tanto en nuestras empresas con personal de obra, técnicos y administrativos, como con todas las empresas que intervienen en la construcción de unidades habitacionales. Pero por el otro, somos la alternativa de inversión de muchas familias, empresarios, comerciantes y productores agropecuarios para que su capital pueda, no sólo estar resguardado en el tiempo, sino que sea la mejor inversión en el mediano y largo plazo”, afirmó.
“Siempre fue nuestro refugio, porque es una opción de bajo riesgo y sumamente atractiva en el largo plazo”, sumó Andrés Gariboldi, presidente de Cocir. “En un país con tantos altibajos económicos, y más en estas circunstancias, contar con un bien que permite cuidar el ahorro, capitalizarse y hasta sacar una renta resulta invaluable”, agregó.
“Lo que buscamos es recordar, tanto a consumidores finales como a inversores, la importancia de contar con un inmueble, que es algo más palpable, confiable y seguro que otras alternativas”, destacó Sebastián Dib Kai, titular de Cadeiros.
Para Mariana Martínez, de Ceir, es precisamente el complejo escenario económico el que revaloriza las ventajas de la construcción. “Siempre que hubo un replanteo acerca de dónde invertir, se volvió al ladrillo, porque sus beneficios quedaron de manifiesto, sosteniendo el poder adquisitivo y los ahorros de la gente”, señaló.