Las autoridades de la Universidad Nacional de Rosario decidieron intimar a la empresa que lleva adelante la reparación de los techos de la facultad de Ciencias Médicas para que termine a la brevedad los trabajos. Es que la lluvia de la semana pasada provocó daños casi totales en dos de los auditorios que hasta la pandemia se emplearon para el desarrollo de las clases presenciales de los cursos más numerosos.
Las autoridades de la facultad de Ciencias Médicas reclamaron esta semana por el estado de las instalaciones, imprescindibles para el retorno a la presencialidad de los estudiantes de 1º y 2º año, los cursos con mayor matrícula.
El rector Franco Bartolacci recorrió este martes el edificio de la facultad y confirmó que la semana pasada se decidió intimar a la empresa contratista de las obras para "que repare de manera inmediata lo afectado y culmine en forma urgente la intervención de la cúpula".
Además, destacó que se acordó intensificar las intervenciones en otros espacios de la facultad considerados prioritarios.
Los anfiteatros Multimedia y Salvador Allende son dos de las seis aulas más grandes que tiene la facultad pública, con capacidad para 150 personas sentadas, equipos de sonido y conectividad. Ambos están ubicados en el ala este del enorme edificio de la Facultad de Ciencias Médicas y después de las lluvias de la semana pasada quedaron prácticamente destruidas.
Los daños son "casi totales, producto del agua de lluvia que viene ingresando en forma masiva desde hace varios meses. También se registraron daños en las oficinas de Asesoría Legal y de Doctorado", advierten las autoridades de la facultad en un comunicado publicado en la web institucional.
En el escrito se recuerda que el presupuesto del año pasado de la Universidad Nacional de Rosario incluyó la reparación de los techos de la cúpula este de la facultad, pero las obras empezaron recién en noviembre y aún están inconclusas. Los trabajos, con un presupuesto de diez millones de pesos, volvieron a formar parte de las previsiones de inversión para este año.
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"En reiteradas oportunidades advertimos a la Secretaría de Política Edilicia de la UNR (encargada de la proyección licitación, adjudicación e inspección de la restauración de la Cúpula Ala Este) sobre la falta de coberturas mínimas para evitar el ingreso de agua durante las lluvias luego de retirado el techo original de la misma. Estos hechos fueron constatados por escribano público hace más de un mes producto de lo que considerábamos podría constituir una negligencia pronunciada", indicaron desde la facultad.
Las consecuencias del retraso de las obras quedaron expuestas esta semana: la lluvia ingresó por los techos y las dos salas quedaron inundadas.
Imprescindibles
El decano de la facultad, Jorge Molinas, señaló que ambos espacios son imprescindibles para el regreso de las actividades presenciales de los alumnos de 1º y 2º año de la carrera, los más masivos. El médico recordó que durante la pandemia se mantuvo la práctica final obligatoria que se realiza en el último año de cursado y que, en febrero pasado, se retomaron las actividades presenciales de los estudiantes de 3º, 4º y 5º, tanto de medicina como de enfermería y fonoaudiología.
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"Ahora estamos proyectando un esquema de clases híbridas para alumnos de 1º y 2º, pero la falta de espacio es una complicación", explicó Molinas.
El decano de la facultad recordó que durante estos dos años, "nos ocupamos de mantener y reparar el edificio de la facultad con fondos propios". Entre otras cosas se reparó la cúpula central, se construyeron nuevas aulas, se refaccionaron sanitarios, cocina y vestuarios; pero el costo de la impermeabilización del ala este supera los montos con los que cuenta la facultad.
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Según resume el comunicado firmado por las autoridades de la casa de estudios: "Vivimos un estado de pena y pesar por la situación, el costo de la reparación de daños está estimado en una suma superior a los diez millones de pesos" y recuerdan que se reclamó al rectorado la urgente reparación de los techos de este sector de la facultad y la reconstrucción de los anfiteatros, "ya que esta situación está afectando gravemente la disponibilidad de espacios para el desarrollo de las actividades presenciales".