Al malestar de los trabajadores municipales por el anunciado recorte en las
horas extras y de los "contratados" por su incierto futuro laboral, ayer se sumó una nueva
protesta, esta vez en la Dirección de Tránsito. Los inspectores expresaron su preocupación por una
seguidilla de ajustes que se coronaron con la compra de un equipo de comunicaciones "totalmente
inoperante" y afirmaron que esos déficits "resentirán el servicio". De todos modos, las quejas
entraron en una "impasse" luego de que desde la Secretaría de Gobierno los citaran a una reunión
para el lunes próximo.
La medida que ayer tomaron los inspectores fue salir a la calle incomunicados,
algo que vuelve inexistente cualquier operativo de Tránsito. La decisión obedeció a que el nuevo
equipo de comunicaciones que les compraron desde el municipio "no sirve para nada".
El subsecretario gremial del sindicato de empleados municipales, Víctor
Amiselli, dijo que la renovación de esos equipos, sin consultarlos previamente sobre el sistema
operativo que necesitaban (una situación que se repite entre la Guardia Urbana y Control Urbano),
fue "la gota que colmó el vaso".
"Es un sistema totalmente inoperante para el trabajo de la repartición porque no
funciona como un handy, sino como un teléfono celular", lo que "no permite que se comuniquen todos
con todos, es riesgoso, obliga a discar número por número, cortar las llamadas, saber qué teléfono
tiene en ese momento cada moto. En una palabra, vuelve ineficiente cualquier operativo", explicó el
dirigente sindical.
Por eso la medida fue salir sin ese equipo, aunque hoy lo retomarán "con algunas
condiciones" después de que Gobierno les prometiera una reunión, el lunes, con el secretario
Horacio Ghirardi y su número dos, Jorge Elder.
Pero el tema del equipo no agotará los reclamos. También se plantearán otras
preocupaciones, entre ellas la reducción de horas extras, que los inspectores afirman llevará a
reducir los operativos (sobre todo los de alcoholemia), y a "volverlos totalmente
ineficientes".
Según Amiselli, a eso se suma que no les comprarán nuevas motos ("en el 95 había
40 para 200 inspectores; hoy hay sólo 20 para 300 inspectores"), que se cayó la licitación para la
adquisición de cuatro utilitarios y una pick-up, y que se redujeron las horas de grúas. "Todo esto
resentirá completamente el servicio", afirmó.
Ese no es el único problema en la repartición, donde integrantes del equipo de
educación vial también denuncian que desde hace cinco años los mantienen precarizados y ahora la
Intendencia se niega a renovar sus contratos.