A las siete de la mañana ya había decenas de jóvenes durmiendo en las puertas
del balneario La Florida y los encargados se vieron obligados a abrir una hora antes para dejarlos
pasar. Sólo en ese lugar, 24 mil personas celebraron ayer el Día de la Primavera. Y también se
contó de a miles la concurrencia al festival montado en el Centro de Expresiones Contemporáneas, o
en los parques y espacios públicos de la ciudad. El clima estuvo en clara sintonía con los
festejos.
La suma de sol, temperatura agradable, domingo y primavera hicieron que los
rosarinos coparan todos los espacios públicos, en especial la costa. También por estas razones, la
jornada tuvo un tinte más familiar que otros años. Y no hubo mayores incidentes, "estuvo todo muy
tranquilo", confirmó la policía.
Este año también se reforzaron las medidas de seguridad. El inspector de la zona
de La Florida, José Luis Divita, explicó que se revisaron los bolsos para que las personas no
entraran a los balnearios con bebidas alcohólicas, y pidieron a los jóvenes que guardaran las
camisetas de los cuadros de fútbol para evitar peleas.
Hasta entrada la tarde, en La Florida hubo juegos y bandas en vivo. No faltaron
los que quisieron bailar, jugar al vóley o meter los pies en el río.
Tribus y rock. En el otro extremo de la ciudad, frente a la bajada Sargento
Cabral, el Centro de Expresiones Contemporáneas fue un punto de atracción para miles de chicos. Al
aire libre, a partir de las 16, hubo acrobacia con telas, desfiló la banda del Distrito Sur y
tocaron grupos de rock. Simultáneamente, en los galpones se escucharon recitales y hubo shows de
skaters.
El público fue variado, pero con claras señales que demostraban la pertenecia a
tribus como los floggers, punks, darks y skaters. El peinado, la vestimenta, los aros y pines o el
maquillaje eran los signos que permitían identificarlos rápidamente.
Según el personal de seguridad allí tampoco hubo alcohol. En la mayoría de los
grupos giraba el mate o alguna gaseosa. Virginia, Mariel, Eliana y Marisel, todas universitarias,
decidieron pasar el Día de la Primavera en el CEC. "Siempre vamos al parque, pero esta vez nos
entusiasmó el rock", dijo una de ellas.
En uno de los galpones donde se desarrollaba otro recital, Nicolás, Alejandro y
Daniel, todos de 16 años, escuchaban absortos a la banda de turno. "Vinimos porque toca un profe de
guitarra", explicó Nicolás quien se reunió con sus amigos para celebrar la nueva estación, esta vez
al ritmo del rock.
Este año la fiesta no sólo fue para los jóvenes. Grandes y chicos también
disfrutaron de un día verdaderamente primaveral.