Los ómnibus de la línea 153 bandera negra volverán a ingresar, a partir de las
12 de hoy, a los barrios Santa Lucía y Las Palmeras. La policía reforzará los controles en esas
calles de la zona oeste de la ciudad, donde los choferes decidieron no entrar desde el lunes pasado
por los reiterados asaltos y agresiones, afectando a los vecinos. A su vez, la Municipalidad se
comprometió a destrabar la semana próxima un reclamo similar por parte de los habitantes de
Celedonio Escalada (ver aparte), perjudicados por la ausencia de otras unidades de la empresa
Rosario Bus.
El Ente del Transporte de Rosario (ETR) convocó ayer a una reunión a
autoridades municipales y policiales, delegados de los choferes de la 153, dirigentes de la Unión
Tranviarios Automotor (UTA) y apoderados de la concesionaria con la premisa de encontrar una
solución al no ingreso de los ómnibus en las zonas de alto riesgo.
En ese marco, las partes esgrimieron sus posiciones, definiéndose el
refuerzo de los controles por parte del Comando Radioeléctrico y de la Agrupación Cuerpos, además
del personal de la subcomisaría 22ª, entre el mediodía y las primeras hora de la noche, una franja
horaria crítica determinada por los relatos de los habitantes de los barrios.
"La Unidad Regional II de Policía (el subjefe, comisario Miguel Bordieu,
estuvo en la reunión) comprometió su apoyo con una mayor presencia de móviles en las calles. La
metodología viene funcionando bien porque no es la primera vez que se pone en práctica", explicó a
La Capital el subsecretario de Servicios Públicos municipal, Pablo Seghezzo.
La inseguridad dejó a la deriva a los usuarios del transporte urbano de
pasajeros de Santa Lucía y Las Palmeras ya que en los últimos días la línea sólo llegó hasta el
Puente Negro, un punto de la avenida Circunvalación marcado en rojo y único acceso a esos
barrios.
Unicamente dos choferes que viven en el lugar siguieron con el recorrido,
pero cortando el servicio a las 17. En rigor, nunca existió la prestación nocturna porque los
ómnibus circulan de 6 a 21.
Por lo pronto, en el Palacio de los Leones aseguran no tener más reclamos
de zonas conflictivas, excepto las ya denunciadas.
Seguidilla.
Asimismo, la UTA hizo en abril un
paro en reclamo de medidas de seguridad tras el ataque a un empleado de la Semtur, que fue baleado
camino a un galpón de la firma ubicado en la zona oeste.
La protesta, que frenó por varias horas la circulación de las
líneas 113, 116, 120, 121, 122, 123, 133, 134, 135, 136, 137, K y Ronda del Centro, se desactivó
con la llegada de los refuerzos policiales.
Lo cierto es que la problemática marca a fuego la agenda rosarina: el domingo, choferes de la
Semtur decidieron no prestar el servicio con motivo del clásico Central-Newell’s. Una medida
que detonó fuertes cruces entre delegados y autoridades (ver aparte).