“Si no hubiera sido por el Banco de Alimentos no habríamos podido dar de comer a tanta gente”, afirmó Leidi Cueva, una mujer de 27 años de barrio Alvear que abrió un merendero y comedor para más de mil vecinos.
“Si no hubiera sido por el Banco de Alimentos no habríamos podido dar de comer a tanta gente”, afirmó Leidi Cueva, una mujer de 27 años de barrio Alvear que abrió un merendero y comedor para más de mil vecinos.
Ante el cierre de toda la actividad, con motivo de la pandemia, Cueva decidió hacer algo por los vecinos, que en su mayoría son albañiles, y cuando cerraron las obras en construcción, se quedaron sin trabajo. Acomodó su casa y escribió al Banco de Alimentos Rosario (BAR) para preguntar si podía recibir los elementos necesarios para cocinar. A los 15 días llegó el primer bolsón y desde entonces pudo sostener un día por semana el comedor y dos veces la merienda. Así, con su hermana Micaela abrieron el comedor Arco Iris Cueva, en Lavalle al 4300, al sudoeste de la ciudad.
Una situación parecida vivió Jorgelina Guillén de San Francisquito. Ella, de 44 años, su marido y un grupo de padres cocinan y dan la merienda desde hace 12 años en su casa, donde instalaron el merendero Iluminados por los Chicos, pero la pandemia lo complicó todo.
“Estoy agradecidísima al BAR porque cuanto más lo necesitábamos, nos ayudó en todo sentido dándonos los alimentos necesarios para que pudiéramos seguir cocinando y dando la copa de leche a tanta gente, que con la pandemia se multiplicó”, aseguró.
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Ninguno de los dos comedores cuenta con un subsidio estatal, ni municipal, ni provincial, sin embargo subsistieron gracias a la campaña Contagiemos Solidaridad que concentró el BAR, donde participaron entidades públicas y privadas.
Tanto el merendero Arco Iris Cuevas como Iluminados por los Chicos son sólo dos muestras de cómo trabajaron las 260 ollas barriales y las 1.634 organizaciones sociales que fueron beneficiadas por esta campaña. A través de todas estas organizaciones y ollas barriales se llegó a beneficiar a casi 400 mil personas de Rosario y alrededores.
Durante 9 meses el BAR entregó 5.462.329 kilos de alimentos, entre ellos aceite, arroz, fideos, harina, puré de tomate, legumbres, azúcar, sal, polenta, leche y pollo. Además, se recaudaron 189.772.210 pesos de fondos públicos y privados.
La entrega de alimentos se realizó en el período de marzo a diciembre 2020. Desde ese mes y hasta hoy las entidades beneficiarias se vieron en jaque, porque al terminarse la campaña, no tenían dónde proveerse de alimentos.
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“Volvimos a golpear las puertas de los negocios”, contó Guillén. Volvieron a pedir los menudos del pollo o lo que sobrara en los almacenes de la zona. “Me parte el alma cuando la gente me golpea la puerta para pedir comida y no tengo qué darle”, confió Cueva, de barrio Alvear, y dijo que la gente de su barrio si no pasa por su casa a retirar la fuente con la cena, come de la basura, cirujea.
Para gran sorpresa de Cuevas, hace pocos días recibió un mensaje del BAR donde le anunciaron que a partir de ahora volverá a recibir donaciones y no por una campaña extraordinaria, sino porque el merendero Arco Iris Cueva pasó a ser uno de las entidades beneficiaras del BAR. “Cuando nos vuelvan a entregar la mercadería podremos volver a cocinar”, exclamó agradecida la mujer.
Campaña inédita
Esta campaña solidaria fue única no sólo por la acuciante demanda de alimentos que se registró durante los meses de encierro, sino porque logró articular al sector público con el privado para asistir con alimentos a los sectores más afectados por la emergencia desde marzo hasta diciembre del año pasado.
Además, la campaña fue reconocida por su transparencia e institucionalidad. El presidente del BAR, Fernando Cáceres, manifestó: “Supimos, junto a la Bolsa de Comercio, liderar una campaña que marcó un hito de trabajo público y privado. Pusimos a disposición nuestra experiencia e infraestructura, creamos en tiempo récord una estructura de recaudación de fondos y de compras de alimentos eficiente y eficaz para contribuir a la paz social de Rosario”.
Esta experiencia, que marcó un hito local, provincial y nacional, permitió reforzar el desafío y llevó a que los protagonistas públicos y privados planifiquen un programa de asistencia alimentaria a largo plazo, que fortalezca la canasta básica a través del trabajo articulado. “Nuestro objetivo es fortalecer la gran red de cuidados que tiene la ciudad de Rosario, que son las organizaciones, los centros comunitarios y merenderos, para a través de la experiencia del 2020 trabajar la restitución de derechos en los barrios vulnerables de la ciudad”, recalcó Nicolás Gianelloni, secretario de Desarrollo y Hábitat.
El próximo objetivo del BAR es articular políticas perdurables en el tiempo junto al Estado para incentivar la donación de otro tipo de alimentos como carne, verduras y frutas, algo que no suele frecuentar durante un lapso prolongado en las entregas a las organizaciones populares.