Un gigante verde de 72 metros de largo ancló ayer en la Estación Fluvial. Esperanza, el barco más grande de la ONG ecologista Greenpeace, se quedará hasta el miércoles en la costa rosarina con el objetivo de concientizar acerca de las impacto ambiental de la deforestación. “Naciones Unidas ubica a la Argentina entre los diez países que más deforestaron en el mundo en los últimos 25 años”, explicó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
La organización ecologista busca impulsar una ley de delitos forestales que tipifique el desmonte como un delito penal y no, como hasta ahora, del fuero civil, que sanciona con multas económicas a quienes quebrantaran la ley 26.331 (de Bosques Nativos).
Recién llegado de Mar de Plata, el Esperanza llegó ayer a Rosario. Se trata del más grande de los tres barcos que posee Greenpeace, con 72 metros de eslora (largo) y capacidad para navegar a 16 nudos. La invitación a los rosarinos es para acercarse a conocer el gigante acuático que es considerado el barco de las grandes causas. Construido en Rusia en 1984 como barco de bomberos, fue incorporado a la flota de la organización no gubernamental en 2002, y modificado para ser más respetuoso con el medioambiente.
Desde ese momento participó en distintas luchas emblemáticas, como la defensa de ballenas amenazadas por la flota japonesa en el Océano Antártico (2005) o la defensa del Océano Artico frente a las perforaciones petrolíferas (2010).
Al llegar a la Fluvial, la embarcación recibe a quien se detiene a verla con un mensaje negro sobre fondo amarillo: “¡Salvemos a los bosques!”. Y es que este es el objetivo central de la gira que realiza el Esperanza. “El barco viene para denunciar que Argentina está entre los diez países que más desforestaron en todo el mundo en los últimos 25 años. En total se perdieron 7.600.000 hectáreas de selvas y bosques, es decir, la superficie de un país como Escocia. Esto nos da unas 300 mil hectáreas deforestadas por año”, aseguró Giardini. El ránking al que hace referencia fue elaborado por el organismo de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Está encabezado por Brasil, y Argentina ocupa el noveno lugar.
En 2007 se sancionó en Argentina la ley de Bosques Nativos (Nº 26.331), que pone un coto a las áreas que se pueden desmontar en Argentina. “Desde la sanción de la ley se deforestaron 600 mil hectáreas de bosques protegidos”, dijo Giardini, y remarcó que el 80 por ciento de las tierras deforestadas pertenecen a las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa. “Esto no implica que en el resto de las provincias no haya deforestación”, aclaró.
El objetivo de Greenpeace con la concientización acerca de la situación de los bosques nativos es abrir el debate para la formulación de una ley de Delitos Forestales. “En otros países destruir un bosque es considerado un delito penal. En Argentina es un delito civil y sólo implica una multa. Los productores toman esa multa como parte de los costos de producción y quebrantan la ley sin problema”, remarcó el representante de la ONG.
“En la Argentina no hay ningún delito contra la naturaleza que sea considerado delito penal y por eso las sanciones son multas. Destruir un bosque debe considerarse un crimen porque genera pérdida de biodiversidad, cambio climático, pérdida de regulación hídrica, procesos de desertificación, pérdida de recursos y, además, se expulsa a las comunidades nativas”, detalló.
Para la visita. El Esperanza estará anclado frente a la Estación Fluvial y abierto al público hasta el miércoles. Desde hoy, entre las 10 y las 18, la embarcación puede visitarse en forma gratuita. Para hacerlo es requisito inscribirse en www.esperanzatour.org y presentarse a la embarcación con el documento de identidad.