Víctor Valdez tiene 19 años. Hace 10 que sufrió un accidente que lo dejó parapléjico, remando la vida desde una silla de ruedas. El derrumbe de una columna telegráfica mientras jugaba en las vías del ferrocarril, en la zona de Felipe Moré y Urquiza, provocó una angustiante seguidilla de reclamos hacia Belgrano Cargas S.A. que se extiende hasta la actualidad. Después de varias instancias, en las que todas fallaron a su favor, la Justicia determinó que esa empresa debe pagarle 2.425.500 pesos, pero Víctor no logra que se cumpla esa determinación.
El cuadro de Valdez no es sencillo. Por su delicado estado no controla esfínteres, necesita cuatro sondajes diarios, tiene problemas de escaras permanentes y desde 2005 está reducido a movilizarse en una silla de ruedas.
El dinero que debe cobrar le hace falta esencialmente para poder apuntalar y cubrir su tratamiento cotidiano.
Desde marzo de 2014, cuando la Cámara Federal de Apelaciones confirmó la sentencia de primera instancia, la empresa Belgrano Cargas S.A. no ha cumplido con su obligación, y la familia de Víctor espera ansiosa una resolución positiva.
El 8 de marzo de 2005, apenas pasadas las 18, Víctor se hamacaba cerca de las vías, en la zona noroeste de la ciudad, cuando la columna telegráfica se cayó de manera sorpresiva, aplastó su cuerpo y condenó su destino a tratamientos de apoyos permanentes.
Tras ese terrible accidente, que fue reflejado en las páginas de La Capital (14/4/05), el niño estuvo seis días con asistencia mecánica respiratoria, en coma farmacológico y sufrió paros respiratorios e infecciones urinarias.
Así, desde los 10 años, tuvo que enfrentar una dura realidad.
Luego del hecho, la familia de Víctor comenzó una causa judicial contra las empresas concesionarias de las vías del ferrocarril responsables del evento, por el estado de abandono de ese predio concesionado donde ocurrió el accidente.
La causa ante la Justicia Federal se inició contra las empresas ferroviarias Belgrano Cargas S.A. y Nuevo Central Argentino S.A..
En febrero de 2012, la sentencia de primera instancia verificó la responsabilidad de los demandados y ambos fueron condenados solidariamente al pago de indemnización por daños y perjuicios, a favor de Víctor Valdez.
Esa sentencia fue reafirmada por la Cámara Federal de Apelaciones, la que en fecha 19 de marzo de 2014 confirmó la determinación y asignó la responsabilidad por el evento dañoso en un 60% a la empresa Belgrano Cargas S.A., y en un 30% a Nuevo Central Argentino S.A..
Esa decisión quedó firme y consentida al no recurrirse a la Corte Suprema de Justicia, y en virtud de esto, la empresa Nuevo Central Argentino S.A. abonó espontáneamente a Víctor el importe de la indemnización (30%) a la que fue condenada.
Dilación. Pero, en contraposición, la empresa Belgrano Cargas S.A. incumplió esta medida, razón por la que las abogadas que patrocinan a la familia de Víctor (María Florencia y Ana Paula Villarruel), con la intención de conseguir el cobro de la condena, trabaron un embargo sobre las cuentas bancarias de Belgrano Cargas S.A., empresa que luego se denominó Belgrano Cargas y Logística S.A., como continuadora de la anterior.
Pero curiosamente, el decreto de creación transfirió sólo el activo a la empresa actual, y dejó en cabeza de la anterior la totalidad del pasivo; configurando, para los profesionales que asesoran a la familia Valdez un flagrante fraude legal en perjuicio de los acreedores.
Todo esto se encuentra reflejado en la resolución que el Juzgado Federal Nº1 de Rosario dictó recientemente, que puso al descubierto que la anterior empresa, Belgrano Cargas S.A., manifestó que son empresas distintas por lo que no ofreció sustituir el embargo, ni pagar la condena.
Con este cuadro de acción y la lógica indignación y bronca familiar, los Valdez y sus letradas denuncian que, “en base a argucias legales, bajo forma de fraudes sucesivos a los acreedores, vaciando empresas y creando otras, se pretende dilatar el cumplimiento de una condena firme”, cuyo cobro permitiría en este momento a Víctor, ya joven, poder atender sus múltiples necesidades de tratamientos médicos de una manera más digna.