Completamente restaurada, la obra La Asunción de Santa Catalina, atribuida a Bartolomé Esteban Murillo, volvió al museo Estévez.
Completamente restaurada, la obra La Asunción de Santa Catalina, atribuida a Bartolomé Esteban Murillo, volvió al museo Estévez.
Luego de haber sido recuperada por Interpol en Montevideo en noviembre del año pasado y después de que una comitiva de la Municipalidad realizara el reconocimiento de la obra, la pintura fue restaurada y podrá ser visitada por los rosarinos desde hoy y hasta el viernes, de 9 a 15 (ingreso por San Lorenzo al 700).
El secretario de Cultura y Educación, Guillermo Ríos, y la directora del museo, Analía García, recibieron el cuadro ayer al mediodía junto a otros funcionarios durante una acto realizado en la sala de arte decorativo rosarina.
La obra había sido robada de allí el 2 de noviembre de 1983 por grupos de tareas de la última dictadura cívico militar junto a otras cuatro pinturas, de las que se han recuperado otras dos: Retrato de Felipe II, de Coelho Sánchez, en 1989; y Retrato de Doña Teresa Apocada de Sesma, de Francisco de Goya y Lucientes, en 1995.
Durante el acto, Ríos señaló: "Volver a tener esta obra restaurada en la ciudad significa que todos los que vengan al museo podrán admirarla, y que hemos recuperado para el patrimonio de Rosario. Esta obra fue robada hace más de treinta años y gracias a un trabajo de Interpol fue recuperada el año pasado. Luego entró en un proceso de restauración que llevó un año de trabajo y hoy tenemos la alegría que vuelva a su lugar de origen. Definitivamente, este es un hecho histórico".
Una vez en Rosario, la pintura conocida como Santa Catalina (o La Asunción de Santa Catalina) fue derivada al Instituto de Investigación, Conservación y Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo municipal (Iicramc) para su estudio y restauración. También le fueron practicados análisis químicos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti)y estudios radiográficos en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar).
La restauración contribuyó a recuperar el valor estético que la obra había perdido con las sucesivas intervenciones de limpieza y con la superposición de color sobre la policromía original de la obra y del marco, que el museo custodió hasta la recuperación y que también fue restaurado.