La Justicia allanó ayer el domicilio de un afiliado al Sindicato de Camioneros que el lunes pasado le arrojó un botellazo en la cabeza a un vecino que filmaba una inusual protesta de recolectores, en la que se tiraron 24 toneladas de basura en plena avenida Pellegrini. El hombre no fue hallado y al cierre de esta edición permanecía prófugo. En tanto, la violenta movida dejó al desnudo una interna gremial que podría derivar en severas sanciones para las empresas que participaron de la misma.
El germen que inició el conflicto hay que buscarlo el lunes 2 de octubre, cuando los recolectores de residuos celebraron su día y en consecuencia se tomaron el feriado. No obstante, hubo firmas que esa jornada trabajaron porque sus afilados no están enrolados en el Sindicato de Recolectores de Residuos que comanda Marcelo "Pipi" Andrada; sino en el de Camioneros, que en la provincia está bajo la conducción de Sergio Aladio.
Si bien ambos gremialistas profesan su lealtad a la conducción nacional de Hugo Moyano, en Rosario las aguas se abren y la unidad sindical no es tan monolítica.
En esta ciudad hay seis empresas que realizan la recolección diferencial de residuos, se trata de un servicio que deben contratar los comercios con superficies superiores a los 85 metros cuadrados y los grandes generadores de basura, como clubes, pescaderías, salones de fiestas, geriátricos y hoteles.
En esos casos estas empresas retiran los residuos y los llevan a los rellenos sanitarios habilitados: Bella Vista, Pérez, Ricardone y Villa Gobernador Gálvez.
De las seis empresas que trabajan en Rosario, dos (Clean City y Ambiental Planet SRL) tienen a sus trabajadores afiliados al Sindicato de Camioneros. "Los camiones de esas dos firmas llegaron el lunes 2 de octubre hasta el relleno de Ricardone y en medio de la interna gremial no los dejaron ingresar porque era feriado, ahí empezó la bronca", detalló una de las fuentes consultadas.
En ascenso
Con el correr de los días, las diferencias entre los empleados de las distintas empresas empezaron a hacerse cada vez más evidentes. El lunes pasado volvió a haber inconvenientes en el ingreso al relleno y ambas firmas exteriorizaron su bronca en la puerta de la Secretaría de Servicios Públicos, en Ovidio Lagos y Pellegrini, donde arrojaron 24 toneladas de basura y ocasionaron un caos vehicular que se extendió desde el mediodía hasta el atardecer.
Los empleados de las firmas se quejaban de que la Municipalidad de Rosario era la culpable de que no pudieran descargar la basura en los rellenos. "En realidad acá lo que hay son aprietes e internas entre dos sindicatos y el municipio pagó los platos rotos; pero ya denunciamos a los violentos, aportamos todas las filmaciones de los incidentes y seremos inflexibles con las sanciones", detalló una alta fuente de la Municipalidad.
Esas filmaciones derivaron ayer en allanamientos. Un camionero está prófugo se está identificando a otros y el municipio prevé durísimas sanciones para las dos empresas que participaron de la protesta.