La mitad del Gran Santa Fe sin luz, dos fallecidos y temor por la inseguridad

La mitad del Gran Santa Fe permanecía anoche sin luz, al cierre de una jornada desoladora por el carácter de la tormenta que se abatió durante la mañana.

Vientos huracanados que sobrepasaron los 100 kilómetros causaron pánico en los habitantes, provocaron cuantiosos daños y dejó sin energía a más de la mitad de la ciudad capital junto a Santo Tomé, Recreo, San José del Rincón y Monte Vera.

El ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías, encabezó anoche una conferencia en la Casa de Gobierno durante la cual dijo que el corte "no tiene precedentes" en la provincia, por la cantidad de subestaciones que quedaron fuera de servicio.

Los funcionarios policiales diagramaron para estas horas un operativo de seguridad, y el anuncio de que se reforzaban los patrullajes, formulado desde media tarde, fue una manera de transmitir tranquilidad a la población.

Farías confirmó dos víctimas fatales en la ciudad de Santa Fe. Se tratan de un mayor y un menor de edad que quedaron bajo los escombros en un sector costero ubicado casi debajo del Puente Carretero que conduce a Santo Tomé.

Las víctimas habían estado pescando y corrieron a guarecerse al lado de una casa precaria una de cuyas paredes se derrumbó. Los cuerpos fueron hallados poco antes de las 16 por efectivos policiales y de la Prefectura que marcharon alertados al lugar.

Además del lamento por las muertes y los destrozos (el niño que falleció tendría menos de 10 años), el tema de la seguridad causaba desvelo al cierre de esta edición en los funcionarios políticos de la provincia y de los municipios que conforman el gran área urbana.

Los cortes de luz afectaron a la mayoría de los barrios periféricos (algunos de los cuales exhibían postales como si hubiesen soportado una guerra) pero también a algunas zonas residenciales de la capital, como Guadalupe.

Las fortísimas ráfagas derrumbaron árboles, dañaron estructuras metálicas y destruyeron vehículos y vidrieras en cuestión de minutos. Hubo escenas de gente aterrorizada en las calles, en los comercios y en los hogares.

"Una bomba". "En el parque Juan de Garay fue como si hubiese caído una bomba, cientos de árboles y cables esparcidos en el suelo hacían que el paisaje fuera desolador", comentó a este diario Paola, una joven empresaria que tuvo que hacer todo tipo de rodeos en el tránsito por las calles y avenidas bloqueadas para llegar a su establecimiento comercial ubicado en la zona norte de la ciudad.

La Circunvalación Oeste que conecta el centro con los suburbios capitalinos se tornó totalmente intransitable por las consecuencias del desastre natural.

A primera hora de la mañana se interrumpió el servicio de transporte público, no circulaban taxis ni colectivos y la Empresa Provincial de la Energía (EPE) realizó cortes preventivos en vastas zonas del éjido urbano.

Por las áreas alcanzadas por las interrupciones del servicio y la cantidad de postes derribados por el inusual temporal, los técnicos con experiencia consideraron al temporal como el más violento en muchos años en esta ciudad.

Las autoridades municipales recomendaron a la población no salir de los domicilios en prevención de accidentes. La Universidad Nacional del Litoral anunció al mediodía la suspensión de todas las actividades académicas y administrativas.

Se registró un promedio de 50 mm, con una intensidad de 78 mm/h a las 8.20, con fuertes ráfagas de viento que variaron entre 90 y 110 kilómetros por hora según registros del Servicio Meteorológico Nacional en el aeropuerto de Sauce Viejo.

En el casco urbano se registraron ráfagas de hasta 92,5 km/h a las 8.25.

Las estaciones meteorológicas registraron 51,75 mm en Alto Verde y 48 mm en CIC de Facundo Zuviría.

En tanto otras nueve personas con heridas de diversa consideración provocadas por el furioso temporal fueron atendidas ayer en el hospital José María Cullen. Uno de ellos sufrió traumatismo de cráneo por el derrumbe de una pared y otros dos por la caída de un árbol sobre un micro. También se reportaron casos de descargas eléctricas y accidentes de tránsito.

Inicio. A las 7,30 los nubarrones que se avizoraban desde más temprano provenientes del cuadrante sur hicieron que el cielo se oscureciera por completo tornando el incipiente amanecer en súbita noche.

Una cortina de agua anegó rápidamente las calles y las fortísimas ráfagas derrumbaron centenares de árboles, dañaron estructuras metálicas y destruyeron vehículos y vidrieras en cuestión de minutos.

vecina a Rosario