La ministra de Educación de Santa Fe, Claudia Balagué, dio ayer una clase en la esquina de Suipacha y Santa Fe en el marco de la lucha universitaria por mejores salarios y en defensa de la educación pública.
Por Eugenia Langone
La ministra de Educación de Santa Fe, Claudia Balagué, dio ayer una clase en la esquina de Suipacha y Santa Fe en el marco de la lucha universitaria por mejores salarios y en defensa de la educación pública.
Allí se habló de microbiología, pero también de soberanía alimentaria y de la degradación de los ministerios de Educación y de Ciencia y Tecnología. "En un mundo donde los países que se han desarrollado lo hicieron en base al conocimiento, la ciencia y la tecnología, nosotros vamos exactamente en el sentido contrario", remarcó.
Convocadas por el centro de estudiantes, las integrantes de la cátedra de Microbiología Clínica de la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) sacaron la clase a la calle, y entre las docentes está la ministra de Educación. La funcionaria tiene gran parte de su vida en ese espacio universitario: fue alumna, secretaria académica del centro de estudiantes, nunca dejó la docencia, fue decana por dos períodos (2003-2011) y fue subsecretaria académica de la UNR.
Hablar de derechos
"Es nuestro horario de clase, pero además es la forma que encontramos de transmitir a los estudiantes algo más que la disciplina: la realidad en la que vivimos. La disciplina está justamente vinculada a la salud, la alimentación y también a la educación; está lo político y lo disciplinar", dijo Balagué en la vereda de la facultad, donde se improvisó el aula.
La ministra destacó que la facultad "es un espacio académico de excelencia que tiene cantidad de investigadores y de becarios del Conicet". Y consideró que "hablar de políticas públicas y de cómo afectan a la realidad que vivimos, es hablar de derechos básicos como son la alimentación, la salud y la educación, que son la madre de muchos otros derechos sobre los que no podemos retroceder".
La ministra hizo hincapié en la "necesidad de defender lo que la universidad ha logrado a lo largo de estos años, donde pese a la crisis, continúa catalogada entre las mejores", y puso de relieve el centenario de la Reforma Universitaria de 1918, donde "se abrieron las puertas de la universidad y se salió del encierro".
Más que el salario
Si bien no dejó de puntualizar "el deterioro del salario de los docentes universitarios" a lo largo de los últimos años, dejó en claro que en las últimas semanas de pelea lo que se puso en juego fue mucho más que eso, a través no sólo de las suspensión de actividades, sino fundamentalmente de la visibilización de la universidad, de las clases públicas y movilizaciones.
"Hablamos de salarios, pero también de lo que significa la universidad, de la construcción del conocimiento en un mundo que se basa cada vez más para su desarrollo en el conocimiento; y justamente los países que han logrado desarrollarse lo han hecho en base al avance del conocimiento, la ciencia y la tecnología, y a la aplicación de eso al bienestar, cuando nosotros como país estamos yendo exactamente en el sentido contrario", aseguró.
Puntualizó la gravedad de la desaparición de los ministerios dispuestos por la Nación, una situación que calificó como "de mucha tristeza" y que implica "la imposibilidad de articular políticas públicas a través de una estructura ministerial que lo tome con la fuerza, el presupuesto y los equipos técnicos necesarios para llevarlas adelante".